La preocupación por lidiar con la violencia y la delincuencia no es algo ajeno a la realidad de la población, en medio del contexto de inseguridad que se vive hoy en el país. Así lo evidenció el último informe de Paz Ciudadana, según el cual el temor a ser víctima de un hecho delictual en 2022 alcanzó un 28%, la mayor cifra en las más de dos décadas en que se ha realizado la medición.
En tanto, el último balance anual entregado por Carabineros reveló que en el ejercicio previo ocurrieron 459.783 delitos de mayor connotación social, superando con creces los registros de 2020 y 2021 (365.829 y 316.406, respectivamente).
Más allá de los números, cada vez hay más personas interesadas en fortalecer su seguridad personal a la hora de transitar por la calle, arribar a sus domicilios, o incluso, retirar grandes sumas de dinero. De esta forma, el mercado de productos y servicios para combatir la criminalidad parece ser inmune a cualquier recesión, incluso en el comercio informal, donde es preocupante ver cómo ambulantes comercializan productos como manoplas o bastones retráctiles.
Es dentro de esta industria que uno de los negocios que aflora prometedor es el servicio de escoltas privados, los que hacen de acompañantes mientras el cliente realiza sus trámites. En efecto, este no es solicitado solamente por astros del fútbol o estrellas del espectáculo, sino que también por personas comunes y corrientes.
Sobre esto, César Bustos, gerente corporativo de AS Group Chile, empresa que se dedica al ámbito de la seguridad privada en el país, señala que la demanda por sistema de vigilancia electrónica, escoltas o acompañantes para trámites de personas, como también la escolta de carga portuaria explotó en el último tiempo.
"Hemos tenido que analizar en mayor profundidad el modus operandi de nuevos actores delictivos, cosa que no existía tan fuerte hace dos años atrás. Hoy en día mezclamos la tecnología con el recurso humano", apuntó Bustos.
En cuanto a la prestación de escoltas, Bustos indicó que "se ha incrementado en un 30% esta necesidad. La gente se siente insegura, antiguamente contrataban estos servicios personas importantes (VIP), y contratistas. Hoy en día hasta para la compra de un auto o cobro de finiquito se está contratando".
Respecto a las tarifas, este servicio tiene un valor de $100.000, pero puede aumentar dependiendo de cada caso y de la complejidad. Por ejemplo, si se agrega un automóvil extra, se suman $50 mil, mientras que si se requiere de más agentes, el precio puede llegar a $250.000-$300.000.
Por su parte, Neftalí Carabantes, ex subsecretario de Carabineros y secretario general de la Universidad Central, mencionó que "se han reforzado las dotaciones de guardias privados de seguridad, tanto en establecimientos comerciales como residenciales. Además se ha registrado un aumento en la inscripción de armas de fuego".
En ese sentido, Carabantes asegura que las ventas de cámaras de seguridad registraron un incremento de 150% y que "se debe combatir el comercio informal porque se corre el riesgo de generar un mercado paralelo e ilegal, cuyos productos pueden terminar abasteciendo a delincuentes".
"Se debe combatir el comercio informal porque se corre el riesgo de generar un mercado paralelo e ilegal, cuyos productos pueden terminar abasteciendo a delincuentes".
Neftalí Carabantes, ex subsecretario de Carabineros y secretario general de la Universidad Central
Desde
ALTO sostienen que dado el escenario actual de creciente sensación de inseguridad y el aumento de la violencia en los fenómenos delictuales del último tiempo, han
"observado una mayor preocupación por parte de las empresas y un aumento general en la demanda de servicios relacionados con seguridad".
"En respuesta a eso, vemos que las empresas hoy están buscando e incorporando servicios que les permitan anticiparse y prevenir potenciales delitos. Junto con eso, hemos visto una tendencia hacia una mayor colaboración entre las empresas, autoridades y policías para perseguir penalmente a quienes están cometiendo estos delitos", añaden.
Bienes particulares y comercio
Consultado por el tema, John Griffiths, jefe de investigación de Athenalab, manifestó que, producto de la percepción de inseguridad en la ciudadanía ante el aumento de los niveles de criminalidad y delitos, han notado un "crecimiento en instalación de alarmas tanto en residencias como en locales comerciales, así como el blindaje de vehículos, o instalación de GPS en vehículos privados y comerciales".
Junto con ello, Griffiths estima que "a la fecha la seguridad residencial y comercial lideran el mercado de la seguridad privada, así como la protección de bienes particulares como vehículos a nivel de la ciudadanía. En el ámbito comercial se encuentra la protección de seguridad de centros comerciales, en los que la tendencia es a invertir más en tecnología por sobre el elemento humano, sin descartar completamente este último elemento".
El jefe de investigación de Athenalab además precisó que "la tendencia será incorporar cada vez mayores niveles de desarrollo tecnológico, ya que precisamente esta herramienta -la tecnología- también está a disposición de quienes, lamentablemente, también incumplen la ley usándola para sus particulares fines".
La gerenta de estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Bernardita Silva, indicó que según la última encuesta de victimización elaborada por el gremio, "cada local tiene en promedio más de seis medidas de seguridad implementadas, y un 51,2% de los encuestados aumentó sus medidas de seguridad en el primer semestre del año pasado".
"Cámaras de seguridad, reducción de manejo de efectivo en tienda, rejas exteriores y alarmas son las medidas más utilizadas. Un 65,2% de los encuestados tiene gastos fijos mensuales en seguridad con una mediana mensual que difiere según tamaño de empresa: las grandes reportan un gasto de un millón y medio, las medianas de $900.000, las pequeñas de $400.000 y las microempresas de $300.000", añadió Silva.
Clubes de tiro y armas
En la búsqueda por seguridad, otro rubro que se ha visto beneficiado es el de las armas y clubes de tiros. De hecho, según consignó Ennio Mangiola, presidente de la Asociación Gremial de Armerías Pesca y Camping de Chile (Agapech), "la venta sigue fuerte y la gente está interesada. Esto se debe principalmente a que el Estado como tal fracasó en poder darle seguridad a las personas, y las personas están buscando la forma de proteger su familia y sus bienes de una forma legal, y eso ha sido mediante la compra de armas y también la compra de otros elementos que van asociados para la seguridad".
"Lo más vendido son las pistolas, en un 70%, después tienes escopetas, y rifles y revólveres ya en mucha menor medida. La responsabilidad de la gente al momento de comprar armas se ha visto reflejada en el interés de inscribirse en clubes de tiro, en hacer cursos de tiro de manejo de armas, entonces, es algo que debiera estar exigiéndose en la ley", aseveró Mangiola.
Mientras que Cristián Mellado, presidente Club de Tiro Libertadores, recalcó que el crecimiento de inscripciones en estos sitio ha sido "exponencial". "Somos bastante restrictivos con las personas que ingresan, y aún así tenemos una gran parrilla de postulantes que quieren ser parte del club, dando cuenta de la necesidad de las personas de contar con herramientas que, eventualmente, puedan ayudarles a salir indemnes de una situación. Es una realidad de la que no podemos hacer vista gorda, y que la realidad país da cuenta de esa situación".
En tanto, Alejandro Rocafort, director del Club de Tiro La Reina, enfatizó que tanto en cursos de seguridad como de tiro "se aprecia un aumento sustantivo y permanente en el tiempo, desde Noviembre de 2019. El aumento fue de un 300 y hasta un 400% en lo referentes a cursos de tiro y de un 200 a 300% en inscripciones a socios anuales o Bianuales".
"Esos porcentajes se mantuvieron hasta octubre de 2022, momento en que ha ido bajando, principalmente, creemos nosotros, que es por el apriete económico. No obstante seguimos estando muy por arriba de lo acontecido antes del 18 de octubre de 2019", agregó Rocafort.
