Las fichas del mercado estaban puestas en que la economía chilena volvería a contraerse en enero de 2023. Sin embargo, el Banco Central informó este miércoles que el primer Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) del año registró una sorpresiva expansión interanual de 0,4%, versus el retroceso de hasta 0,7% previsto por analistas.
Dicho aumento cortó la racha de cuatro caídas consecutivas que mostró el índice hacia finales del año pasado, y de paso, llegó a sustentar incipientes expectativas de una mejora en las perspectivas para el ejercicio en curso.
Tras conocerse el Imacec de enero, Andrés Pérez, economista jefe de Itaú, dijo que "los datos conocidos esta mañana son coherentes con las sorpresas positivas que conocimos también esta semana para el mercado del trabajo, ventas minoristas, y actividad sectorial".
Si bien Pérez recalcó que la economía se está desacelerando, indicó que "el proceso ha sido bastante más gradual de lo anticipado", advirtiendo que "las presiones de inflación por el lado de la demanda deberían ser más intensas y persistentes, y bajas en la TPM podrían tomar incluso más tiempo que lo internalizado por los precios de mercado".
Desde el Departamento de Estudios de Coopeuch señalaron que el registro de enero "ratifica la resiliencia de la economía, con casi la totalidad de los sectores creciendo mensualmente al ajustar por factores estacionales. Sorprende además la capacidad de crecer en un contexto de fundamentales muy deteriorados y con una TPM en niveles históricos, lo que ciertamente presionará al central a mantener la restrictividad de la política monetaria por más tiempo del que se esperaba".
"Revisamos la estimación de PIB para 2023 desde -1% a 0%. No obstante, de mantenerse la dinámica de los últimos registros, no es descartable que 2023 nos sorprenda con un crecimiento del PIB", añaden en Coopeuch.
El economista jefe de BICE Inversiones, Marco Correa, expuso que "este escenario de una economía más resiliente plantea una mayor dificultad para las decisiones de política monetaria del Banco Central de Chile, pues podría producir que la inflación se mantenga en mayores niveles por más tiempo. De todas formas, el impacto máximo de llevar la TPM hasta niveles de 11,25% se vería reflejado en los próximos trimestres, donde en ese periodo la actividad caería con más fuerza, ayudando a la convergencia de la inflación a su rango meta en el mediano plazo".
Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, recibió con sorpresa el dato y manifestó a La Tercera que "en definitiva, la caída de la actividad en el año, que nosotros seguimos proyectando, probablemente va a ser bastante más moderada a lo que se estaba previendo".
"Las sorpresas han venido ya repitiéndose desde hace algunos meses, fundamentalmente por el lado de servicios, pero lo que uno ve es que, efectivamente, la desaceleración de la economía va a ser menor. Creo que ya es un componente más sistemático en el dinamismo de la economía", aseveró.
Y comentó que "no es descartable que, en definitiva, no tengamos una recesión durante esta primera parte del año, aunque de todas formas se recoja una caída en la actividad económica en el año como un todo, respecto a 2022, producto de un tema de base comparación. Pero claramente, insisto, la economía está mostrando una resiliencia, una adaptación mucho mejor de lo previsto".
A juicio de Scotiabank, el Imacec de enero ratifica un positivo desempeño económico para el primer trimestre, el cual mostraría una expansión en términos interanuales aún con eventuales caídas marginales desestacionalizadas. "A partir de abril, la tasa de crecimiento interanual podría volver a ubicarse en terreno negativo, lo que podría extenderse hasta el tercer trimestre", estimó.
"La sorpresa de la actividad con la que se inicia el año sugiere que la economía podría tener una caída menos intensa que la estimada previamente"
Santander
apuntó que "estas cifras son consistentes con nuestra visión de que la economía está siendo más resiliente de lo que pensábamos, lo que confirma las sucesivas correcciones al alza del PIB de 2023 que hemos realizado en los últimos meses y nos lleva a no descartar nuevas correcciones al alza desde nuestra previsión del -0,5%".
"Además, es probable que una actividad económica más fuerte aumente las presiones inflacionarias y conduzca a una disminución más gradual de la inflación en los próximos meses. Por lo tanto, estas cifras reafirman la postura cautelosa del Banco Central y aumentan las posibilidades de que el ciclo de recorte de tasas se retrase hacia el tercer trimestre de 2023", remarcó.
En Santander estiman que "el Imacec de febrero volverá a tener una variación anual positiva, de entre 0,5% y 1%. En marzo, sin embargo, volveremos a ver cifras negativas debido a bases de comparación más exigentes".
"La sorpresa de la actividad con la que se inicia el año sugiere que la economía podría tener una caída menos intensa que la estimada previamente. Con todo, realizaremos una actualización de la proyección después del 20 de marzo, luego de que el Banco Central publique el cierre oficial del PIB de 2022, la evolución de sus componentes y las series desestacionalizadas revisadas", declararon.
