La primera jornada tras la decisión del Banco Central de elevar -por primera vez- en 0,5% los requerimientos a la banca de los activos ponderados por riesgo, lo que implicaría -según cifras de la industria- constituir cerca de US$1.500 millones en capital por parte de las entidades financieras, ha estado marcada por las críticas y dudas del mercado respecto a la oportunidad en que se ejecuta la medida.
La herramienta, denominada Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC), tiene por objeto
fortalecer la resiliencia de la banca frente a episodios disruptivos que pueden tener un impacto significativo en la economía, contribuyendo a la estabilidad financiera. ¿Cómo? A través de la acumulación de un "colchón" (buffer) de capital para que esté disponible frente a escenarios de estrés severos.
En aquellos casos, se libera el "colchón", y con ese margen adicional, se mitigan los efectos negativos de una abrupta restricción de servicios esenciales, como por ejemplo, la oferta de crédito.
La acción fue acordada la tarde de este martes por la unanimidad de los consejeros, en atención a la situación externa de los mercados, donde destaca un grado de incertidumbre mayor de lo habitual y el deterioro de las condiciones financieras.
Sobre esto se refirió la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, durante la exposición del Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre ante la comisión de Hacienda del Senado, señalando que el "el uso del requerimiento busca mitigar el comportamiento procíclico de la banca cuando se producen shocks adversos, buscando así que sus consecuencias no se amplifiquen a través de una disminución de la oferta de crédito cuando el financiamiento se hace más necesario".
"Esta es una medida preventiva, ante un shock que hoy día no vemos, que hoy día no identificamos ni decimos es, pero cuya probabilidad ha aumentado particularmente en el sector externo. Tenemos que tener las capacidades para que la economía le pueda hacer frente", añadió Costa.
Sin embargo, hay analistas de mercado que consideran que hubo un problema con el momento elegido para activar la medida, lo que ha derivado en una sensación de sorpresa. Es más, muchos coinciden en que, cuando ocurrió la seguidilla de quiebras de bancos en Estados Unidos y Europa, fue la propia autoridad monetaria la que indicó que la banca local había enfrentado bien esos sucesos.
Las implicancias de la medida
Respecto de la activación del RCC, Jorge Cayazzo, socio de Risk Advisory en Deloitte, comentó a Emol que "más allá del impacto que tendrá en la actividad de crédito esta mayor exigencia de capital, la implicancia más preocupante, a mí juicio, es la aparente inconsistencia de esta medida con las señales recientes que ha dado el Banco Central respecto de la resiliencia del sistema financiero y su capacidad para resistir potenciales shocks".
Si bien Cayazzo manifestó que "es legítimo que las autoridades tengan una preocupación por la adecuación de los resguardos de los bancos para enfrentar escenarios negativos,
pero es cuestionable si el colchón contracíclico era la mejor herramienta que tenían disponible para abordar dicha preocupación. Me parece que herramientas de supervisión habrían sido más inmediatas y efectivas al apuntar a los bancos menos capitalizados y, además, estarían generando menos ruido en el mercado".
Junto con ello, apuntó que se trata de US$1.500 millones de mayor exigencia de capital, lo que es "una cifra perfectamente alcanzable para los bancos, pero el cambio potencial en las expectativas de los agentes puede tener efectos indeseados más allá de lo que pase con el mercado del crédito".
El economista jefe de BCI, Sergio Lehmann, sostuvo que "el aumento en el requerimiento de capital implica menor uso de recursos para nuevos créditos. Si bien la banca presenta índices de capital que están por sobre la norma regulatoria, se envía señal de que se debe ser aún más cuidadosa en el uso de su capital".
"Los factores externos que el Banco Central señala son la tensión bancaria, y las dudas respecto a la prolongación de políticas contractivas en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, los argumentos son un tanto débiles. Se percibe un mayor control sobre la situación de los bancos en Estados Unidos, al tiempo que la lectura sobre la política monetaria en Estados Unidos y Europa responde a economías más resilientes, con mayor impulso. Más bien se lee de este factor que alcanzar un equilibrio en las economías desarrolladas será de forma más gradual", agregó Lehmann.
"Es legítimo que las autoridades tengan una preocupación por la adecuación de los resguardos de los bancos para enfrentar escenarios negativos, pero es cuestionable si el colchón contracíclico era la mejor herramienta que tenían disponible para abordar dicha preocupación. Me parece que herramientas de supervisión habrían sido más inmediatas y efectivas al apuntar a los bancos menos capitalizados y, además, estarían generando menos ruido en el mercado"
Jorge Cayazzo, socio de Risk Advisory en Deloitte
Ewald Stark, analista senior de Bice Inversiones, en tanto, explicó que, en términos simples, la medida se traducirá en "
un menor crecimiento del crédito, especialmente en segmentos más riesgosos. Esta herramienta es de carácter contracíclico. Y busca que los bancos aumenten su capacidad de resistir shocks ante eventos de tensión financiera. De modo que, de darse un escenario de shock, el crédito siga fluyendo a la economía a través de la liberación de este 'colchón'".
Desde la perspectiva de Stark, eso sí, "hoy la banca en general se mantiene bien capitalizada, y todos los bancos pueden cumplir holgadamente con esta nueva exigencia con el capital que hoy ya tienen, o bien capitalizando sus utilidades y asignándolas a esta cuenta de capital. A los bancos les afecta con un menor crecimiento del crédito, lo que puede generar menores resultados".
Mientras que Francisco Simian, economista jefe de Altafid, opina que "el RCC contribuirá a contener la generación de crédito. El objetivo es evitar la generación de desequilibrios que luego podrían golpear la solvencia de uno o más bancos".
Y haciendo referencia al Informe de Estabilidad Financiera del primer semestre divulgado hoy, Simian indicó que "para economías emergentes han aumentado los riesgos de correcciones abruptas en los precios de activos y de salidas de capitales. Estos riesgos son mayores si los tipos de interés en economías desarrolladas se mantienen altos por más tiempo de lo previsto".
"En Chile, además, se suma la posición financiera más estrecha de los hogares, dejando a los agentes más expuestos a riesgos por cambios en las tasas de interés. En parte debido a esto se hace necesario fortalecer la capacidad del sistema financiero para enfrentar potenciales efectos adversos. Activar el RCC va, precisamente, en esta dirección", concluyó.