"Podemos tener la seguridad de que el proceso constitucional va a terminar en diciembre". Con esas palabras, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, intentó ofrecer estabilidad a empresarios e inversionistas que, en el marco del Chile Day en Londres, le planteaban sus inquietudes. El secretario de Estado quiso despejar cualquier duda: el proceso "va a terminar de una manera u otra, ya sea con la aprobación de una nueva Constitución o con el rechazo de la nueva propuesta (...) toda la motivación política para reemplazar la Constitución probablemente se acotará y vendrán procesos de reformas constitucionales quizás más tradicionales".
Ex autoridades y especialistas, sin embargo, matizan lo que dijo Marcel y ponen énfasis en algo que consideran fundamental para la estabilidad y el crecimiento: que el proceso constituyente concluya con la aprobación de una nueva constitución.
Se trata de algo que, a comienzos de esta semana, planteó el ex ministro de Hacienda de Sebastián Piñera, Felipe Larraín. El otrora jefe de Teatinos 120 señaló, en un seminario de Icare, que se debía presentar un proyecto razonable para que fuera aprobado. "Tenemos que resolver el proceso constitucional (...) si no, va a ser un tema en la próxima elección", acotó.
El ex secretario de Hacienda de Eduardo Frei, Eduardo Aninat piensa algo similar. Señala que "es mejor definir las cosas de una vez por todas y aspirar a una constitución sólida del siglo XXI, y que por lo menos dé una institucionalidad muy clara por los próximos 25 o 30 años".
Agrega que de no ocurrir eso, estaríamos "reformando la actual constitución por goteras, de a poco, de acuerdo a los quórums nuevos que se han legislado ya en el Congreso Nacional".
"Es mejor definir las cosas de una vez por todas y aspirar a una constitución sólida del siglo XXI, y que por lo menos dé una institucionalidad muy clara por los próximos 25 o 30 años"
Eduardo Aninat, Ex ministro de Hacienda
El sucesor de Aninat en Teatinos 120 —también en el gobierno de Eduardo Frei— y ex presidente del Banco Central, Manuel Marfán, explica que la estabilidad económica no es independiente del resultado que se dé en el plebiscito de diciembre. "Si el proyecto de constitución se rechaza —explica—se mantiene una incertidumbre sobre la Constitución en Chile, porque la que tenemos hoy día no tiene una buena aceptación".
Así —aclara— "hay más certidumbre si se aprueba el proyecto y aún más si es que la nueva Constitución aborda el principal problema que debe resolver, que es el de cómo funciona la política en Chile", pues, "para que haya certidumbre es necesario que funcione bien el sistema político".
Desde la academia, las opiniones son similares. Para la economista del ESE Business School de la UAndes, Cecilia Cifuentes, "sea cual sea el resultado del plebiscito, el proceso se cierra, en términos de que no vamos a llamar a una tercera convención constituyente". Sin embargo, agrega que "lamentablemente el tema no se cierra".
Así, sostiene que "en ese sentido, creo que desde el punto de vista de la estabilidad del país y de recuperar la certeza jurídica, la situación ideal es que se logre aprobar una nueva Constitución en diciembre".
El economista y gerente general de Gemines, Tomás Izquierdo, por su parte, sostiene que "sin duda, el despejar el tema constitucional, sobre todo si se logra con un proyecto apoyado mayoritariamente y que sea un proyecto equilibrado, sería un gran regalo en el sentido de reabrir la esperanza de tener un marco político institucional que funcione mejor".
En esa línea, agrega que "la economía chilena y su bajo crecimiento de los últimos ocho o diez años tiene mucho que ver con una crisis de la política".
Por último, indica que al "cerrar el tema constitucional sin llegar a un acuerdo o rechazando esta segunda propuesta, se cierra el tema en el sentido de que se pierde la posibilidad de seguir discutiendo en un periodo largo de tiempo (...) pero quedamos con una tarea pendiente, porque si hay algo que se instaló es que la constitución actual no está socialmente validada como se quisiera".
Juan Ortiz, economista del Ocec de la Universidad Diego Portales, en tanto, dice que una propuesta que le haga sentido a la mayor parte de la población y cuyo resultado tenga una validez desde el punto de vista democrático sería "sin duda, una buena noticia económica". En esa línea, sostiene que "va a servir como punto de partida para apuntalar un mayor nivel de crecimiento".
El decano de economía y gobierno de la Universidad San Sebastián, Alejandro Weber también cree que lo mejor es que el proyecto de nueva constitución tenga éxito. Así, señala que "si no se aprueba este texto, con los cambios que corresponda, comenzaremos una nueva espiral de incertezas que terminará perjudicando aún más a nuestra clase media y los más pobres".
En consecuencia, advierte: "El riesgo para Chile de no cerrar el tema constitucional sigue alto y sus consecuencias son aún peores".