Las débiles perspectivas de crecimiento y las altas presiones sobre el gasto fiscal dificultarán que el país cumpla con sus objetivos fiscales a mediano plazo, afirmó ayer
Fitch Ratings en un informe. La firma considera que el Ejecutivo
no podrá consolidar la deuda pública en los niveles que ha anunciado. La clasificadora de riesgo, que le asigna actualmente al país una nota crediticia
A- con perspectiva estable, estima que el deterioro en las cuentas fiscales refleja "una desaceleración económica, un impacto en los ingresos por impuestos a la renta a medida que se reduce el apoyo pandémico, y precios más bajos del cobre". Se suman mayores gastos fiscales por beneficios de pensiones y salarios. Fitch detalla que, en comparación con el superávit de
1,1% de 2022, el déficit del gobierno central alcanzó
2,4% del PIB en 2023. En ese sentido, en la firma consideran
"optimistas" las proyecciones fiscales y de crecimiento a mediano plazo del Gobierno. El Ejecutivo proyecta que el crecimiento del PIB real aumentará en 2,5% (y hasta 3%) en 2024. En contraste, Fitch espera un alza de 1,8% para este año, por debajo del crecimiento potencial.
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