El Banco Central publicó esta mañana su primer Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, cargado de mensajes más bien positivos respecto al rendimiento de la economía, aunque con ciertas alarmas en cuanto al comportamiento de la inflación. Lo que se refleja en sus proyecciones: elevó su estimación de crecimiento para este año a un rango de entre 2% y 3%, y también subió a 3,8% su apuesta para la inflación acumulada anual de 2024.
Dentro de sus análisis, el instituto emisor abordó el reciente comportamiento de la inflación subyacente, que se refiere al índice que excluye productos cuya evolución es poco informativa de la tendencia inflacionaria al presentar conductas más volátiles.
En ese sentido, en el informe se comentaron algunos factores que han determinado la evolución reciente de la inflación subyacente, como la publicación de la nueva canasta del Índice de Precios al Consumidor (IPC), junto con analizar algunos elementos que han impulsado levemente el repunte de la inflación subyacente en los últimos meses.
"Los meses recientes se han caracterizado por un aumento en las velocidad de la inflación y las distintas medidas subyacentes. En ello han incidido registros en bienes más elevados que los de mediados de 2023, pero que aún sugieren un moderado grado de traspaso de la depreciación cambiaria", señaló el informe.
Tras ello, agregó que "en el último mes, también se observó una aceleración importante en servicios, aunque concentrada en un número acotado de productos, entre los que destaca el precio del arriendo".
"Este último marcó una elevada variación mensual en febrero, más allá de los patrones usuales de indexación a la inflación pasada, lo que será importante monitorear para comprender mejor sus causas y determinar su persistencia", añadió.
Por otra parte, el informe señaló que "en adelante se prevé que las presiones de costos continuarán traspasándose a la inflación. En los servicios sin volátiles se anticipa una gradual convergencia -incluso más lenta que en la proyección anterior- en la medida que los precios y los costos laborales se indexen a inflaciones más bajas".
"Los bienes subyacentes serán afectados por la depreciación del tipo de cambio, aunque se prevé que el traspaso cambiario seguirá siendo moderado dadas las holguras en sectores relevantes para su consumo. Sin embargo, se reconocen escenarios en los que un mayor traspaso cambiario junto con mayores presiones externas -particularmente de los costos de transporte- podrían repercutir aún más en la inflación de bienes", concluyó.