El Banco Mundial mejoró las perspectivas de crecimiento del Producto Interno Bruto de Chile (PIB) en 2024, pero revisó a la baja sus proyecciones para el próximo año. Esto, en su reciente informe titulado "Competencia: ¿el ingrediente para crecer?", en el que actualizó sus apuestas de actividad para América Latina y el Caribe.
En concreto, la entidad espera que Chile crezca 2% este año, frente al 1,8% que estimaba a principios de 2024. Ahora, para 2025, el organismo internacional bajó de 2,3% a 2,2% su proyección de expansión económica.
Cifras que se ubican más en línea con lo estimado por el Banco Central, que prevé un crecimiento de entre 2% y 3% este año. Mientras que el último pronóstico oficial del Ministerio de Hacienda apunta a una expansión de 2,5%, pero es probable que mejore esa apuesta en su próximo Informe de Finanzas Públicas.
Mientras que a nivel de América Latina y el Caribe las proyecciones del Banco Mundial se revisaron a la baja, advirtiendo por la ola de criminalidad que azota a la región y el envejecimiento que agravan los problemas de la región, en medio de un panorama global difícil.
Según el Banco Mundial, la región se expandirá un tímido 1,6% en 2024, por debajo de la estimación de septiembre del 2,3%-. América Latina quedaría por detrás de otras regiones incluso después de superar la mayoría de los impactos más duros de la pandemia y al mismo tiempo reducir la inflación y el desempleo.
China, el principal socio comercial de la región, está registrando un crecimiento "impredecible" y "lento", alertó la entidad, y se espera que los precios mundiales de las materias primas caigan este año, lo que afectará la actividad en toda la región. Esto es cierto incluso para economías como la de México, que se ha beneficiado de que empresas establezcan operaciones para atender a clientes norteamericanos en una práctica conocida como nearshoring.
"América Latina y el Caribe no solo ha crecido menos que otros mercados emergentes y economías en desarrollo, sino que el ritmo al que ha crecido la región se ha desacelerado durante la última década”, escribieron los miembros del Banco Mundial.
Al mismo tiempo, según el banco, la violencia se ha vuelto "más grave y generalizada", afectando tanto a los ciudadanos como a las inversiones.
La tasa de homicidios de América Latina es cuatro veces mayor que el promedio mundial y es la única región del mundo donde esa cifra está aumentando. Los ejemplos incluyen un repunte de la violencia de las pandillas en Ecuador, donde un candidato presidencial fue asesinado el año pasado, y también en Haití, donde el ex presidente Jovenel Moise fue asesinado en 2021.
"Los países de América Latina y el Caribe son más violentos de lo que su PIB per cápita o sus tasas de pobreza podrían predecir, lo que sugiere que los altos niveles de violencia no se explican por la etapa de desarrollo", dice el informe.
El Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe están trabajando para comprender mejor la violencia en toda la región.
Poblaciones mayores
Para complicar aún más las cosas, la región se está acercando a un punto de inflexión demográfica. El desempleo está cayendo en la mayoría de los países, pero la tasa de participación laboral de las personas mayores y los trabajadores poco calificados está por detrás de la de otros grupos.
El banco estima que para 2047 habrá más personas mayores dependientes que niños en un hogar promedio.
El cuidado de las personas mayores agregará nuevas cargas a las familias endeudadas, ya que es más probable que las mujeres abandonen la fuerza laboral para cuidar a las personas mayores. La presión sobre los sistemas de jubilación también pondrá a prueba los esfuerzos de estabilidad fiscal.
Hay una "agenda sustancial de reformas" en infraestructura, educación y competencia que "ha estado postergada durante décadas", dice el informe.
Por el lado positivo, América Latina está recibiendo alivio de las tasas de inflación que se prevé disminuirán cerca de las metas de los bancos centrales a finales de este año. La región está cosechando los beneficios de ciclos de ajuste tempranos y agresivos tras la pandemia.
El problema es que, si bien la mayoría de los países están bajando las tasas de interés, es probable que los costos de endeudamiento sigan siendo restrictivos, lo que plantea la necesidad de monitorear los impactos en los hogares y las empresas.
"Es poco probable que se regrese a la era del dinero fácil y las bajas tasas de interés", escribieron los miembros del Banco Mundial.