La inflación en Estados Unidos -que alcanza un 3,5% en términos interanuales- está modificando el comportamiento de los consumidores, que están comprando menos alimentos en los supermercados.
En medio de ese escenario, Steve Cahillane, director ejecutivo de Kellanova, fabricante de papas fritas Pringles y snacks Cheez-It, cree haber descubierto un factor importante detrás del cambio.
Según explicó en una llamada con inversionistas este jueves, no está viendo una "destrucción de volumen", en la que los estadounidenses comerían significativamente menos, sino que un fenómeno muy distinto.
Más bien, explicó a los inversionistas, los ciudadanos norteamericanos están incorporando nuevos comportamientos, como "asegurarse de que las sobras se utilicen realmente". En esa línea, indicó que esta modificación se trata de un “comportamiento del consumidor que permanecerá”.
Los hogares estadounidenses tienen mucho con qué trabajar: en 2022, los estadounidenses tenían un excedente de 42,8 millones de toneladas de alimentos en sus cocinas, o casi la mitad del excedente total de alimentos en los EE. UU., y mucho más que las granjas, los fabricantes, los restaurantes o los minoristas. , según datos de la organización sin fines de lucro ReFed .
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima, de hecho, que una familia de cuatro miembros desperdicia alrededor de 1.500 dólares al año en alimentos desechados en ese país.
Cabe destacar que esta semana la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), al mantener los tipos de interés sin cambios, en la franja del 5,25% al 5,5%, puso énfasis en la "falta de avances" para rebajar la inflación hasta el objetivo del 2%.
En cualquier caso, el dato interanual de 3,5% supone una mejora significativa desde el peak de 9,1% que se registró en junio de 2022, el máximo en 40 años.