TEHERÁN.- Irán "no pedirá permiso" ni renunciará a sus derechos para recuperar su cuota de producción de crudo en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en cuanto terminen las sanciones internacionales que pesan sobre el país, afirmó hoy el ministro de Petróleo iraní Bijan Zangené.
Según informa la agencia iraní Shana, el ministro insistió en que durante la próxima cumbre de la OPEP en Viena prevista para mañana viernes, su país no pedirá permiso para incrementar su producción de crudo "porque no lo necesita" y que en ningún momento "renunciará a su cuota" pese a los pedidos para que no incremente su producción y profundice así la caída de los precios y la inestabilidad del mercado.
"Si alguien está preocupado sobre la volatilidad del mercado, deben presionar a aquellos países que han tomado la cuota de mercado iraní y no tratar de dañar la soberanía de los países negando sus derechos inalienables", afirmó el ministro.
Concretamente, Zangané se refirió a las declaraciones del viceministro de Petróleo de Nigeria, Emmanuel Kachikwu, quien afirmó que su país pediría a la OPEP que presione a Irán para que retrase el anunciado incremento en su producción para evitar una mayor caída de los precios del crudo.
"Me reuniré con los ministros de la OPEP para intentar ver como podemos al menos retrasar que Irán inunde el mercado", afirmó Kachikwu.
Irán ha insistido repetidas veces que en cuanto entre en vigor el acuerdo nuclear que alcanzó con el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, China, Reino Unido, Rusia y Alemania) que habilitará el fin de las sanciones internacionales que lastran su economía, algo que está previsto que ocurra a principios del año que viene, volcará en el mercado 500.000 barriles extra de crudo al día.
Además, también prevé incrementar en los siguientes seis meses su producción en otros 500.000 barriles diarios.
Con estos incrementos Irán pretende regresar a los mercados con la cuota que tenía antes de la imposición de sanciones en 2011.
Hace un año, la OPEP descartó reducir el tope máximo de su oferta conjunta de petróleo, fijado en 30 millones de barriles diarios (mbd) desde finales de 2011.
Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo y por eso líder natural del grupo de doce países, se impuso entonces con una estrategia de defender la participación de mercado mediante precios bajos, algo que acentuó el desplome que se registraba ya desde unos meses atrás debido a un exceso de la oferta mundial.
Los precios cayeron entonces más del 50 % en pocos meses y actualmente se mantienen en el nivel más bajo de los últimos siete años.