LONDRES.- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) pidió más inversión en tecnologías de baja emisión de carbono y de mejora de la eficiencia para cumplir el Acuerdo de París, que aspira a limitar a un máximo de dos grados el aumento de la temperatura del planeta respecto a los niveles preindustriales.
Al presentar el informe "Perspectivas para la energía mundial 2016", que cubre el periodo de 2015 a 2040, el director ejecutivo, Fatih Birol, alabó el acuerdo suscrito el año pasado en la reunión del COP21, que entró en vigor el 4 de noviembre, pero advirtió de que los compromisos anunciados hasta ahora por los Estados signatarios son insuficientes para cumplirlo.
En su informe, la agencia sostiene que, con las políticas previstas actualmente, "solo se conseguirá ralentizar el aumento estimado de las emisiones de carbono del sector energético, de una media de 650 millones de toneladas al año desde el año 2000 a unos 150 millones de toneladas anuales en 2040".
"Aunque esto es un logro significativo, está lejos de ser suficiente para evitar el peor impacto del cambio climático, pues solo limitaría el aumento de la temperatura global a 2,7 grados en 2100", asegura el organismo.
La AIE argumenta que, para poder mantener la temperatura por debajo de los 2 grados, habría que introducir en todos los sectores productivos "iniciativas que aceleren las tecnologías de bajo carbono y de eficiencia energética".
Sería necesario además que las emisiones de carbono "alcanzaran su tope en los próximos años, y que la economía global se convirtiera en neutra en carbono a finales de siglo".
Según los cálculos de la Agencia, que analiza el panorama energético para sus 29 países miembros, esto significaría, por ejemplo, que en 2040 tendría que haber más de 700 millones de coches eléctricos en el mundo, "lo que desplazaría una demanda diaria de más de seis millones de barriles de crudo".
Por otra parte, en el informe anual, el organismo pronostica que el mayor crecimiento en el mercado de la energía en los próximos 25 años se producirá en el sector de las energías renovables y el gas natural, si bien se mantendrá la dependencia de los combustibles fósiles.
En este sentido, alertó de que, si no se incrementa en 2017 la inversión en los proyectos de extracción y producción de petróleo, frenada en los últimos dos años por la caída del precio del crudo, podría haber problemas de suministro ya en la década de 2020.