La participación del Presidente Gabriel Boric en la Cumbre Iberoamericana que concluyó ayer en República Dominicana estuvo marcada por los esfuerzos que realizó junto al ministro de RR.EE., Alberto Van Klaveren, para exponer la posición de Chile ante la serie de tensiones que surgieron en los últimos días con países de la región.
Al llegar a Santo Domingo el jueves, el Mandatario ya estaba al tanto de las críticas a la justicia chilena de su par de Argentina, Alberto Fernández, por la prolongación del caso contra Marco Enríquez-Ominami, y de la propuesta del líder de Bolivia, Luis Arce, de crear una nueva agenda bilateral incluyendo la aspiración marítima de La Paz.
Asimismo, su agenda ya incluía la necesidad de entablar un
diálogo con Venezuela, luego del impasse ocurrido entre ambos gobiernos por las críticas que hizo el Gobierno al régimen de Nicolás Maduro por no recibir a los venezolanos deportados desde Chile, lo cual fue desmentido por el canciller de ese país, Yván Gil.
En ese contexto, el Mandatario enfocó sus esfuerzos en conversar personalmente con Fernández y Arce, en instancias informales en el contexto de la cumbre, para plantear la posición chilena, mientras Van Klaveren haría los mismo en reuniones bilaterales con el encargado de la diplomacia venezolana y su par boliviano.
Con el jefe de Estado trasandino, Boric abordó la polémica en la inauguración de la cumbre en la Fortaleza Ozama de la capital dominicana el viernes por la noche, en donde le reiteró la importancia de respetar las instituciones de las dos naciones, tal como lo manifestaron públicamente el canciller y el ministro de Justicia, Luis Cordero.
Fue así como Fernández accedió a dar otorgar una conferencia de prensa solo con la prensa chilena, en la cual explicó sus cuestionamientos a los tribunales nacionales. Aunque mantuvo el fondo de sus comentarios, el gobernante matizó en parte sus expresiones y recalcó que estas no tenían por objetivo "atacar" a Chile.
En el caso de Arce, el encuentro se dio ayer al paso, en medio del desarrollo de la cumbre en el Centro de Convenciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana, en donde ambos acordaron aumentar la colaboración para proteger la frontera común de la migración ilegal y el contrabando.
Antes, el viernes, Van Klaveren ya había tenido una aproximación a su par boliviano, Rogelio Mayta, con quien se reunió de forma más extensa durante la tarde de ayer. Ambos jugaron un rol importante en reducir la tensión que generó la idea boliviana de poner nuevamente el asunto marítimo sobre la mesa.
"No quiero entrar en ninguna polémica, no me parece oportuno y no me parece conveniente del punto de vista de lo que son los intereses de ambos países", dijo el canciller, postura que luego fue reafirmada por Mayta, quien recalcó que la agenda de Arce apunta a construir "una relación de confianza".
Al cierre de la gira, Boric hizo un positivo balance de lo conversado con Arce. "Yo diría que avanzamos sustantivamente y conversamos la disposición para tener un trabajo conjunto entre los países de origen, tránsito y destino de la crisis migratoria. Además, conversamos la posibilidad de realizar patrullajes conjuntos en la frontera norte".
Sobre si consideró la inclusión del asunto marítimo como una condición de Bolivia, comentó que "el Presidente Arce no puso condiciones para esto y no me cabe duda, como lo hemos reiterado, que con Bolivia más allá de ese tema puntual donde tenemos una diferencia irreductible, porque Chile no negocia su soberanía, tenemos muchos otros puntos en común en los cuales avanzar".
En cuanto a Venezuela, el secretario de Estado también pasó a la acción, gestionando una reunión con Gil que se concretó anteayer. Si bien no hubo detalles sobre lo conversado, si fue claro que
la tensión se redujo, luego de que ninguno de los dos países se aludiera en sus respectivos discursos ante el plenario de la cumbre.
