En abril del 2023 la Corfo adjudicó el Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) al consorcio chileno Asdit, luego de quitárselo a su principal competidor, el conglomerado AUI. Pareció el fin de un proceso en que, por orden de la Corte de Suprema, se había vuelto a hacer tras la detección de presuntas irregularidades en la elección original. EI ITL es una entidad creada bajo el marco de los contratos de arrendamiento del salar de Atacama con SQM. Quedo entregado a la agrupación liderada por Corporación Alta Ley, e integrada por 11 universidades chilenas, la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), y otros institutos tecnológicos y empresas. Incluso ya tiene directora ejecutiva (Nancy Pérez). No obstante, a raíz de consultas realizadas por parlamentarios y miembros del consorcio que después resultó perdedor, la Contraloría emitió un pronunciamiento que podría tener importantes implicancias. En un dictamen fechado el 6 de septiembre, Contraloría concluyó que el Consejo de Corfo modificó las condiciones del concurso después de recibir propuestas, "vulnerándose con ello el citado principio de estricta sujeción a las bases".