Eliseo Salazar es amigo del actor Cristián de la Fuente, quien antes de filmar “Basic” junto a Silvester Stallone, lo fue a ver correr en Las Vegas. De ésa y otras películas sobre carreras de los últimos tiempos se siente totalmente desilusionado.
Asegura que el glamour que se ve en torno a esta actividad existe, pero que no es el mundo en el cual se mueven los pilotos, sino los auspiciadores.
“Me preguntan por las minas y las hay, pero la realidad es distinta. De partida, casi todos tienen señora y, a diferencia del fútbol, donde hay control, aquí el límite lo pone uno porque si no al día siguiente estás muerto, literalmente”.
- O sea ¿de carrete, nada?
“Claro; en el fútbol puedes perder 6-0, pero aquí te estrellas con el muro. Debe haber autodisciplina; hay fiestas, pero uno se va a acostar temprano, como a las 7 de la tarde porque hay que estar en pie a las 5 de la madrugada”.
- ¿Te han acosado las mujeres del circuito?
(Duda en contestar)” Sí, no sé si esa es la palabra, pero obviamente, hay muchas tentaciones”.
- ¿Es un atractivo ser piloto?
(Sigue algo incómodo y ríe tímido) “Sí…y la Kary lo sabe. Conoce mi etapa anterior…tuve algunas pololas, pero nunca me siguieron al hotel. En general, eso se ve más en la Fórmula 1 que en Estados Unidos. Ahí el automovilismo es más familiar, las señoras se conocen, hay juegos para niños; en cambio, en la F1 nunca vi a una”.
- ¿Qué te llevó a hacer el spot de la leche desnudo?
“Si hubiera sido una campaña de ropa interior, no la hago. Pasó lo siguiente: con la edad, el ego no es tan importante. A los 25 años no lo habría hecho, porque me hubiera preocupado de tener calugas…”
- No estás tan mal…
(Levanta los hombros) “No, pero de verdad, a esta edad, aunque sea un juego de palabra, uno puede mostrar sus cicatrices de batalla”.
- ¿Te desagrada ser conocido?
“Mira, me carga la gente que trabaja en televisión, que es famosa y dice que no le gusta ser reconocida. Si uno se dedica a esto, lo asume. He pagado costos, pero no se puede tener lo mejor de dos mundos. También tiene cosas buenas; en chiste le digo a mi gente “para algo sirve el Eliseo Salazar” cuando nos ayudan luego de que me reconocen. No se trata de exponer la vida privada, pero lo otro es ser muy cómodo”.
- Próximo a cumplir los 50 ¿alguna pretensión? ¿metrosexual?
“Creo que eso es algo exagerado, pero me cuido. Tengo cierto apego por la estética y siempre me voy a preocupar”.
Cuando se le comenta que debe tener haber hecho un pacto a lo Dorian Gray con el diablo, reconoce que hace pocos días, en una feria de juegos en Florida, se sometió a prueba. Un hombre regalaba un peluche si adivinaba la edad con un margen de error de tres años. “¡Gané!, me dijo 39 y tuve que demostrarlo con el carné. Me levantó el ego”, ríe.
- ¿Se puede tener amigos en el mundo de las carreras?
“No, porque es demasiado competitivo. Si no se está dentro de los primeros 30 ya no sigues; en cambio, en otro deporte puedes volver a subir desde el lugar 100. Uno incluso se pone perseguido. Hace poco estaba con un amigo y su señora y me comentó que hacía calor; yo me puse a pensar que, a lo mejor, me lo decía para que pusiera neumáticos más duros”.
- O sea, ¿te has perdido los asaditos?
“Sí y eso me ha traído algunos problemas en Chile. Acá son más amateur y yo no participo mucho y la gente lo ve como que soy quebrado. Para mí esto requiere dedicación absoluta. Hay algunos en la Indy que hablan de “fun, fun, fun”, pero yo no me entretengo en las carreras, es mi pega”.
- No tener amigos debe ayudar para que la muerte de alguno no afecte tanto.
“Exactamente, aunque fue distinto con Ayrton Senna, que era mi ídolo. Lo admiraba por su concentración, su capacidad, esto era su vida”.
