Acaban de terminar Casa 2007 en colaboración con la revista ED y se declara satisfecha de lo logrado. Es que uno de los proyectos que más entusiasma a la Asociación de Decoradores de Chile, AdD, es precisamente éste, que vienen ejecutando –con ciertos intervalos- desde 2001.
María Cecilia Rojas preside la agrupación desde el año pasado, cuando reemplazó en el cargo a Javier Pinochet, uno de los grandes impulsores de que los diseñadores chilenos se organizaran para profesionalizar el gremio, cuestión que se concretó en 1996.
“Es que años atrás se levantaba una piedra y salían cinco decoradores”, comenta entre risas, aunque inmediatamente agrega que una de las razones por las cuales se asociaron fue porque, por culpa de unos pocos, todos se estaban ganando mala fama. Hoy la asociación cuenta con 67 oficinas asociadas y casi 90 decoradores registrados.
-¿Cómo está el gremio?
“Los asociados estamos súper bien, estamos muy consolidados, hemos hecho un trabajo de 10 años para profesionalizarnos. Nuestra meta es que todos hagan entregas de proyectos y cobren dentro de un rango de honorarios; la idea es que ninguno tenga problemas con los proveedores ni con los clientes”.
-¿Cuántos amateurs quedan en el medio?
“Miles, hay montones porque hay varias carreras que ofrecen diseño en distintas versiones como ambientación, interiorismo o arquitectura de interiores. Todos esos alumnos salen a trabajar…”
-¿Qué efecto tiene eso en el gremio?
“Tiene un efecto bueno en el sentido de que mucha gente tiene acceso a los decoradores, que siempre han sido considerados como muy caros; al haber amateurs la gente se atreve con quienes están saliendo de la universidad, aunque siempre es un riesgo ya que la experiencia es fundamental en este trabajo. A nosotros, ahora, no nos perjudica para nada, porque antes no existía una asociación que nos certificara y nos metían en el mismo saco. Decían que éramos un desastre, que no cumplíamos, que hacíamos un trabajo y después desaparecíamos. Eso pasaba bastante antes y por eso, quisimos crear la AdD”.
-Y hablando de eso ¿no son un ítem caro?
“Bueno, toda la gente piensa que es muy caro este ítem; hay gente que se gasta una millonada en una casa y no contrata un decorador y después tiene que hacer varias cosas de nuevo y con eso podría haber pagado nuestros honorarios. Se meten las patas con las proporciones, se cambian a una casa más grande y la mesa del comedor les queda muy chica o gigantesca para el espacio. En el fondo nosotros evitamos todas esas cosas.
“Espero que se haya abandonado ese prejuicio”.
-¿Era un mito?
“Creo que habían dos mitos. El primero, que contratar un decorador era reconocer que se tenía mal gusto, de hecho muchas veces nos contrataron diciendo que no podíamos decir que habíamos hecho el trabajo. Este mito ya no existe, era como una cosa media vergonzosa de los chilenos”.
-¿Hoy vende contratarlos?
“Sí, diría que es todo al revés, de hecho ahora nos topamos con gente que nos dice que le hicimos la casa a tal persona y no es cierto (se ríe)”.
-¿Viste?
“Un poco”.
-El segundo mito es lo caro.
“Sí, en general la gente cree que los honorarios son caros. Te diría que los honorarios inciden cuando se quiere gastar menos en los costos de los materiales, porque para nosotros es el mismo trabajo hacer un sofá y tapizarlo con un género que cuesta $ 50.000 o $ 10.000, entonces cuando sacas la proporción en un trabajo que has usado cosas más baratas, obviamente es alta, pero en el caso contrario te diría que no es relevante".
-¿Cuáles son los objetivos de hoy como asociación?
“Tener los más asociados posibles, a los cuales les pedimos mínimo 5 años de experiencia y proyectos realizados. Somos un ente que funciona, con oficina, que hace seguimiento; buscamos profesionalizarnos cada vez más”.
Cecilia cuenta que también van a persistir en la exposición Casa, hoy ED, ex Mater, que este año tuvo su quinta versión. En ellas pueden mostrar tendencias y exponer el nivel en que se encuentran.
Unido a esto, se tiene en carpeta empezar a traer a invitados extranjeros para charlas y seminarios que los mantengan al día. Y también como asociación están visitando ferias internacionales como la del Mueble en Milán, la Casa FOA de Buenos Aires o la Casa COR en Brasil.
-¿Buscan internacionalizarse?
“Felices, la última Casa 2007 la fotografiamos y queremos mandar el material para afuera para que sea publicada en revistas. Nos gustó a todos y creemos que podemos internacionalizarnos… Ahora, aquí, tenemos harto trabajo y muchos hemos hecho proyectos en el extranjero de clientes chilenos”.
-¿La AdD realiza alguna tuición ética de sus asociados?
“Sí, tenemos un capítulo de ética y lo estamos perfeccionando. Recibimos quejas que revisamos y vemos con los decoradores señalados. Hasta el momento no hemos tenido nada muy importante como para tomar medidas, aunque una vez si eliminamos a un asociado porque dejó un espacio en una muestra Casa 96, ésas cosas no se pueden hacer”.
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