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Ahora, retornar al trabajo puede ser un aliado

La vuelta a la jornada laboral no será el mismo con un terremoto dando la bienvenida al mes de marzo. Atrás quedaron las placenteras vacaciones y todo lo vivido en los meses más relajados del año y la rutina puede ser de ayuda.

08 de Marzo de 2010 | 12:08 |
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Esta crónica iba a ser sobre las medidas con las que se podía enfrentar el estrés post vacaciones, ése que viene después de retornar a la rutina de la oficina. Porque es sabido que el mes de marzo nunca ha sido bienvenido como si los son enero o febrero.

Sin embargo, después del sismo del sábado, los hechos cambiaron y está claro que un terremoto a dos días de comenzar un nuevo ciclo laboral no es lo más recomendable y probablemente, desencadenará síntomas de estrés agudo y eventualmente estrés post traumático.

“Este momento que estamos viviendo es post impacto, que es mucho más invasivo que el estrés post vacaciones que ha pasado a segundo plano”, revela Lister Rossel, psiquiatra de Clínica Las Condes.

Si antes las conversaciones iban a ser sobre lo que se había hecho en vacaciones, ahora todo se centrará en qué daños y pérdidas se sufrieron con el movimiento de la tierra.

Pero, al contrario de lo que se pudiera pensar, volver al trabajo puede ser de gran ayuda más allá de sentir que los días descansados fueron borrados de nuestra memoria de un plumazo.

Volver al trabajo en estas circunstancias, dicen los especialistas, servirá para “despejar la cabeza” y tener una sensación de normalidad dentro de todo el desastre y el remezón que causó el terremoto. Aunque originalmente, el conflicto estaba en dejar de levantarse a la hora que a uno mejor le parezca, organizar el día en el momento, disfrutar del sol, la playa, el campo o donde se elija pasar las vacaciones, ahora es una necesidad por volver a la estabilidad que existía antes del sábado.

José Pinedo, psicólogo clínico de Red Salud UC, sostiene esta visión: “En este minuto, sucede un fenómeno contrario, en donde la vuelta al trabajo y la rutina es casi una recomendación para poder enfrentar el estrés que significa estar viviendo una situación de catástrofe como la que hay en este momento, porque al volver al trabajo uno se encuentra con los compañeros, tiene acceso a información, etc. Es una suerte de ajuste psicológico primario, en que se vuelve a la rutina que había antes del desastre. Volver al trabajo ahora es una ayuda a superar el estrés después del desastre”, opina.

Este retorno al trabajo es un comunicarse con otros, un conectarse a la realidad y dejar de lado el aislamiento, un sentir que no todo en la vida se ha derrumbado. Lo que no quiere decir que en el retorno los trabajadores rendirán de la mejor forma.

Por este motivo, Pinedo entrega un mensaje a los jefes y empresas: “Lo que se recomienda en todas las situaciones de desastre, es la posibilidad de hablar de lo que está pasando, de acceder a la información, de compartir información, por lo que las personas durante por lo menos los tres primeros días tendrán una capacidad y posibilidad bajísima de ser productivas. Es una realidad que van a tener que tolerar las empresas”, advierte.

Pese a que el trabajo puede ayudar, muchas personas podrán presentar distintos episodios de estrés a los que hay que estar atento. Como explica Alejandro Koppmann, psiquiatra de la Clínica Alemana, éste puede verificarse con sensaciones de sudoración o diarrea, además de distintos factores somáticos que expresan esta angustia.

Junto a este ansiedad, también se puede originar un estrés post traumático, que demorara más tiempo en declararse. Kopmann asegura que los síntomas de este cuadro mental son bastante reconocibles como la existencia de un malestar clínicamente significativo o deterioro social (reducción de los contactos, irritabilidad manifiesta, labilidad emocional o laboral (inatención, distraibilidad, ausentismo, desapego de las normas)y todo esto necesita un tratamiento más profundo

De esta manera, para evitar o al menos atenuar los síntomas descritos Koppmann entrega las siguientes recomendaciones para superar esta etapa:

-Saber que va a existir ayuda (por ejemplo, en el departamento de recursos humanos de la empresa), lo que producirá un alivio desde el punto de vista emocional.

-Si los síntomas son muy importantes, el uso de ansiolíticos puede ayudar a disminuir o atenuar la respuesta física y emocional, pero estos siempre deben ser prescritos por un especialista en dosis bajas y por tiempos muy limitados.

-El buen manejo de la primera etapa permite disminuir el riesgo de complicaciones como la aparición de estrés post traumático o aquellas de tipo somático.




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