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Creando la rutina para su sueño

Los recién nacidos se despertarán sí o sí durante la noche y, ante eso, expertos recomiendan darles la oportunidad de tranquilizarse por sí mismas y volver a dormir solos. Siempre que antes nos hayamos encargado de crearles el ambiente ideal para que realicen una de las actividades más importantes para su crecimiento.

13 de Agosto de 2010 | 15:34 |
Imagínese a usted durmiendo, plácidamente en un confortable sillón del living de su casa y acompañado por su pareja. Pero en esos instantes- cuando se cumplen funciones que sólo durmiendo pueden desarrollarse en el cerebro y organismo- es despertado por su tía querendona por la simple razón de que ella quería jugar con usted y, además del desagradable momento familiar, se encuentra consternado porque su compañera de siesta ya no está junto a usted, ni usted se encuentra en el living de su casa.

Precisamente eso es lo que les sucede a las guaguas, sobre todo recién nacidas, con muchos familiares con ganas de conocerlas y padres que no logran ordenarles una de las actividades más esenciales del ser humano, como lo es el dormir.

“¿Alguien de ustedes se siente feliz cuando, con todo amor, la despiertan a las 3 de la mañana?”, preguntó el doctor Patricio Peirano, especialista en medicina del Sueño y Jefe del Laboratorio del Sueño del INTA, durante una charla acerca del buen dormir de las guaguas que organizó esta semana Pampers.

El médico recordó que un ser humano demora cuatro meses en desarrollar la capacidad de diferenciar dos puntos en el espacio. Por ende, cuado llega la abuelita, la tía o quien sea a despertar a una guagua recién nacida, no estaría contribuyendo en nada más que en alterar no sólo su condición básica, sino lo que ha venido haciendo ya desde que es un feto, al dormir y así liberar la hormona del crecimiento, producir glóbulos blancos para su sistema inmunológico y expandir sus conexiones neuronales. Nada menor.
Horas de sueño recomendadas por edad
Recién nacido: Noche, 9 hrs. Siesta, 8 hrs., no de corrido.
Un mes: Noche, 8 hrs. Siesta, 8 hrs., no de corrido.
Tres meses: Noche, 10 hrs. Siesta, 5 hrs.
Seis meses: Noche, 11 hrs. Siesta, 3,5 hrs.
Nueve meses: Noche, 11 hrs. Siesta, 3 hrs.
Quince meses: Noche, 11 ¼ hrs. Siesta, 2-3 hrs.
Dos años: Noche, 11 hrs. Siesta, 2 hrs.
Cuatro años: Noche, 11,5 hrs.
Cinco años: Noche, 11 hrs.

Incluso Peirano se refirió al momento de despertar al bebé cuando ya es hora de tomar la leche, cada 4 horas, en vez de hacerlo ellos mismos cuando lo necesitan: “Evaluamos cuánto es el gasto energético que tiene un niño despertado (...) ¿Qué hace ese niño? Llora. ¿Y cuánta energía gasta? Muchísima. Entonces, todo lo que injiere lo gasta en agitarse y llorar”, aseguró.

Peirano, junto con la neuropediatra Cecilia Algarin y la psicóloga Claudia Cerfogli, señalaron la importancia de que los padres se encarguen de ordenar las rutinas de sueño de su hijo y, sobre todo, cuidar de no entorpecer su proceso con exceso de atención.

“Esto no quiere decir no quererlos. A los niños hay que amarlos (...) pero en el momento que corresponde”, asegura el doctor.


La rutina

Se recomienda aprovechar la franja horaria de entre las 20.30 a las 21, para llevarlos a dormir. Esto, porque durante ese momento comienzan a funcionar mecanismos hormonales en el cuerpo y el cerebro que favorecen el sueño. Sin embargo, y sobre todo cuando son más pequeños, sus horarios suelen ser muy irregulares.

Para comenzar a trabajar en una rutina del sueño con ellos, es necesario concientizarse de que “durante la vigilia está bien estimularlos, darles comida, jugar con ellos, pero cuando baje la luminosidad, se debe disminuir la interacción social, la ingesta de alimentos y hay que colocar el ambiente de forma que ellos quieran dormir”, comenta Peirano.

Se recomienda darles un baño tibio, leerles un cuento o ponerles música muy relajante, cantarles una canción de cuna, darles un masaje, darle la leche, mecerlo o arroparlo con su objeto transicional (tuto, peluche, almohadita, etc), para que cuando despierte y no esté el adulto presente, no se sienta solo.

Es importantísimo que el bebé logre dormirse solo finalmente, y acostado en el mismo lugar en el que despertará probablemente durante la noche, más de una vez, para evitar que se sienta en un lugar desconocido.

“Un niño se va a despertar 3 ó 4 veces en la noche. Eso es normal”, señala Algarin. “El reto es que usted logre que cuando se despierte -para pasar a su segundo o tercer ciclo del sueño- se logre dormir solo (de nuevo)”.

Tampoco se trata de dejarlo llorar toda la noche para que aprenda a hacerlo, como explica Cerfogli. “(Con eso) va a dejar de llorar, pero es nefasto en otros términos, que tienen que ver con su desarrollo más emocional”, comenta, antes de explicar la importancia de no entrar en pánico cuando se escucha a la guagua despierta a través del monitor.

“Esperen a ver si puede calmarse y denle la oportunidad de incorporar la autotranquilización que es un desarrollo. El niño no nace sabiendo tranquilizarse solo”, aclara.

Dormir en buen ambiente
El doctor Peirano entregó una serie de consejos para preparar el entorno en el que la guagua podrá dormir mejor:
1.- “El ritual previo al sueño ha de ser placentero y predecible”. Puede ser con un baño o bajando la intensidad de la luz y debe realizarse desde el nacimiento hasta, al menos, el año de edad.
2.- “El entorno debe ser tranquilo y oscuro”.
3.- “Horarios regulares”, evitando las siestas tardías que duren más de dos horas.
4.- Temperatura confortable, entre 18 y 22 grados, para evitar que se despierte por frío o calor.
5.- Evitar el ruido ambiental durante la noche. Sin embargo, en las siestas debe acostumbrarse a la rutina del hogar.
6.- Acostarlo sin hambre pero no sobrealimentado. De las dos formas se despertará.
7.- Que duerma solo. “Si estamos a su lado hasta que se duerma, reclamará nuestra presencia cada vez que se despierte”.
8.- No realizar juegos movidos en las dos horas previas al sueño.
9.- Evitar las bebidas excitantes, chocolates o bebidas cola.
10.- Calma. “Si el niño nos despierta, necesita tranquilidad, pues si nos enojamos, sólo lograremos que se agite más”.

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