SHANGHAI.- El piloto alemán Michael Schumacher tiene ya su séptimo título en las manos y el cetro de constructores está en las de Ferrari, por lo que el resplandeciente circuito en las afueras de Shanghai promete ser la estrella del primer Gran Premio de China de Fórmula Uno.
La Fórmula Uno regresa al futuro este domingo, en una carrera que supone el retorno del ex campeón del mundo Jacques Villeneuve a los circuitos.
La ciudad más rica de China se ha gastado 325 millones de dólares para asegurarse un exitoso debut del país más poblado del mundo, cuyos mercados de rápido crecimiento llevan tiempo siendo cortejados por los patrocinadores y los fabricantes de la Fórmula Uno.
Shanghai ha querido sobrepasar en espectacularidad y belleza a los últimos circuitos inaugurados, como el de Bahrein este mismo año, y para ello ha construido un templo para las carreras de motor, que puede sentar a 200.000 espectadores y pretende enviar un mensaje claro a la enorme audiencia de este deporte.
La novedad será un factor nivelador, puesto que todos los pilotos tienen el mismo desconocimiento del circuito, y sus diseñadores aseguran que su trazado da muchas oportunidades para realizar adelantamientos.
Es algo que debería ayudar al canadiense Villeneuve, vencedor de la temporada 1997 con la escudería Williams, y que un año después de hacer mutis regresa con Renault.
"Hay dos maneras de verlo", declaró el ex campeón, cuyo retorno ha sido uno de los pocos puntos destacados en una semana oscurecida por la desesperanza, tras el anuncio de Ford de que se retiran de la competición y de que venderá su escudería Jaguar.
"En primer lugar, se puede decir que nadie ha corrido ahí antes que yo, por lo que no estaré en desventaja", afirmó Villeneuve.
"Pero por otra parte, en esa misma situación se puede decir que uno necesita tanta experiencia como sea posible, con el coche y con los neumáticos, para poder concentrarse en aprender sobre el circuito", añadió. "Yo lo estoy considerando desde un prisma positivo".
Renault quiere derrotar a BAR
El canadiense sustituye en Renault a Jarno Trulli, quien se cambió a Toyota por el resto de la temporada, antes de fichar por la escudería Sauber para el 2005. El italiano no correrá en China.
Su trabajo es simple: ayudar a Renault a derrotar a BAR en la lucha por el segundo lugar del campeonato de constructores. BAR saltó por encima de Renault en la última carrera disputada en Italia, y ahora tiene una ventaja de tres puntos cuando todavía quedan tres grandes premios.
"Estoy aquí para divertirme, claro, pero la prioridad es ayudar en la lucha de Renault en el campeonato", dijo Villeneuve. "Será difícil, pero a veces hay que atreverse a dar el salto".
Michael Schumacher, que ha vencido en 12 de los 15 grandes premios de este año, declaró: "Está muy bien que podamos ir a estas últimas tres carreras sin ninguna presión, es una situación ideal".
Sin embargo, su compañero de escudería, el brasileño Rubens Barrichello, que ganó en Italia hace dos semanas, espera volver a lograr otro triunfo, para así garantizarse el segundo lugar en la clasificación final del campeonato de pilotos.
El circuito de Shanghai tiene la forma del signo chino "Shang", que significa alto o por encima, y utiliza referencias de las tradiciones locales como los colores rojo y oro, que simbolizan el poder y la suerte. Lo que es más importante, debería ofrecer también una buena carrera.
