NUEVA YORK.- La firma de inversiones Merrill Lynch modificó este lunes su recomendación para la deuda externa de Argentina, al día siguiente del nombramiento de Ricardo López Murphy como ministro de Economía, que ha caído bien en Wall Street, según los analistas.
Los clientes de Merrill Lynch reciben ahora una recomendación de "promedio de mercado" para la deuda Argentina, que antes estaba considerada por "debajo del promedio de mercado", indicó la firma neoyorquina.
El gesto de Merrill Lynch podría ser visto como un reflejo de la buena recepción dada por Wall Street al nombramiento de López Murphy, un liberal ortodoxo, como reemplazante de José Luis Machinea, señalan expertos.
Los economistas de los grandes bancos de inversiones en Wall Street coinciden por ahora en ver con buenos ojos la designación como titular de Economía de López Murphy, a quien consideran un defensor del rigor en las cuentas públicas.
Señalan que López Murphy, que asume su cargo este lunes, ya aseguró, tras su nombramiento, que mantendrá la convertibilidad y la política de apertura de los mercados, y que se esforzará por reducir el déficit público para recuperar la confianza de los mercados.
El nombramiento de López Murphy, conocido por sus políticas fiscales conservadoras, envía un "mensaje de disciplina fiscal", opinó Lacey Gallagher, directora para América Latina del banco de inversiones Credit Suisse First Boston, que antes había expresado dudas sobre la voluntad política para implementar las reformas.
Los expertos señalan sin embargo que aún falta por ver qué nuevas cartas jugará el nuevo ministro para reactivar la economía argentina, sumida en una recesión, y para ganarse la confianza de los consumidores argentinos y los inversores extranjeros.
Notan además que los mercados están atentos al vacío en el Banco Central (BC, autoridad monetaria) de Argentina, y a la eventualidad de nuevas políticas económicas, que podrían ser anunciadas en los próximos días.
López Murphy fue nombrado tras la renuncia el viernes del titular de Economía, José Luis Machinea, que no logró inyectar nueva vida en la agónica economía de Argentina.
