MADRID.- Una misión peruano-chilena reclamó hoy en Madrid el levantamiento de las restricciones europeas sobre las harinas de pescado, pues estos productos "no son portadoras de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB)" o enfermedad de las "vacas locas".
La delegación llegó a Madrid en el marco de una gira europea que ya le
permitió visitar Alemania, Bélgica y Francia.
Esta misión técnica-política, encabezada por el ministro peruano de Pesquerías, Ludwing Meier, formuló la petición al señalar la necesidad de que la
Unión Europea ponga en "orden" la legislación puesta en vigencia en diciembre
pasado.
Meier, se refirió al tema durante una reunión que la misión mantuvo en la
sede madrileña del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio con un grupo de
expertos españoles, defendiendo con énfasis la calidad de la elaboración de las
harinas de pescado que hacen estos dos países sudamerianos.
Al respecto, afirmó que debe hacerse "una diferenciación entre las harinas
de pescado y las harinas cárnicas".
La Unión Europea prohibió las harinas de pescado para los rumiantes como
consecuencia de varios casos de contaminación cruzada con harinas cárnicas,
consideradas como principal responsable de la propagación en Europa del
denominado "mal de las vacas locas".
"Comprendemos la crisis que vive Europa desde la aparición de la EEB", dijo Meir antes de abogar por que se sigan estableciendo rigurosos y necesario
controles destinado a evitar que se propague el mal.
Pero, aclaró que las actuales circunstancias no deben hacer recaer "la culpa" sobre la elaboración de otras harinas que "son transformadas de forma
rigurosa".
Asimismo, explicó que el temor que ha surgido en los países europeos en torno a la llamada "contaminación cruzada" ha obligado a establecer restricciones al uso de la harinas para la alimentación animal.
Pero, según el ministro peruano, esta responsabilidad "no ha sido tomada
con el rigor científico suficiente".
Coincidió con las opiniones del ministro peruano el diplomático chileno
Jorge Beruño, que representa a la Cancillería de Chile en el seno de la misión
sudamericana.
"Es necesario -dijo Beruño- que el Comité Veterinario de la UE revise y
adecúe la legislación", pues "está demostrado que las harinas de pescado no
están contaminadas".
"Esta mala asociación entre las harinas de carne y pescado se ha realizado
de forma indebida e inapropiada y sería necesario evitar esta confusión en la
opinión publica", señaló el funcionario chileno.
Tanto Meier como Beruño coincidieron también en subrayar las "graves
consecuencias" que ocasionan en la industria y en la economía de Chile y de
Perú la aprobación del embargo comunitaria sobre la elaboración de las harinas
de pescado.
En Chile y Perú hay cerca de 200 plantas dedicadas a la producción de
harinas de pescado.
Dada la importancia de esta producción, el embargo europeo sobre el uso de
proteínas de pescado para la alimentación de animales rumiantes representa para
Chile y Perú pérdidas de US$ 175 millones, pues sus exportaciones hacia Europa
de estos productos han disminuido en un 40% desde enero pasado, según precisó el ministro peruano.