WASHINGTON.- La economía estadounidense avanzó a paso lento durante los primeros tres meses del año, ligeramente bajo las expectativas gubernamentales. El crecimiento se rezagó principalmente debido a los esfuerzos de las empresas por deshacerse de sus inventarios.
El Producto Interno Bruto -la producción total de bienes y servicios- subió 1,2% entre enero y marzo, informó el viernes el Departamento de Comercio.
La desaceleración económica y el aumento en el costo de la energía influyeron negativamente en las ganancias de las empresas estadounidenses en el período, que registró su más pronunciado declive en tres años.
La mayor parte de los economistas esperaba que los resultados gubernamentales definitivos del PIB para el primer trimestre quedarían sin cambio frente a la tasa de crecimiento de 1,3% calculada hace un mes. El gobierno había informado en un principio que el crecimiento económico sería de 2% en el primer trimestre.
Muchos analistas creen que la economía creció a una tasa difícilmente perceptible, de 0,5% en el actual trimestre abril-junio, aunque algunos pronosticaron ausencia absoluta de crecimiento o incluso, un retroceso. El cálculo gubernamental para el PIB del segundo trimestre será publicado hasta fines de julio.
El segundo trimestre probablemente resultará ser el más débil del año, según los economistas, y posiblemente marcará el punto más bajo de la economía desde que ésta entró en un período de flojo crecimiento a partir del segundo semestre del año pasado.
Para combatir la recesión, la Reserva Federal ha reducido las tasas de interés en seis ocasiones durante el año. La reducción más frecuente, del miércoles, fue la primera de sólo un conservador cuarto de punto porcentual. Las cinco anteriores fueron de medio punto porcentual cada una.
Los economistas esperan que la economía repuntará para el cuarto trimestre de este año cuando surtan su efecto las reducciones de tasas de la Reserva Federal y los reembolsos de 600 dólares por reducciones aprobados por el Congreso sean aplicados.
Una de los factores que afectaron la economía fueron los altos precios de los energéticos, que redujeron el gasto de consumidores y empresas y disminuyeron las ganancias corporativas. Las tres recesiones anteriores en Estados Unidos estuvieron precedidas de grandes aumentos en los costos de los energéticos.