WASHINGTON.- La tasa de desempleo de la nación continuaba en septiembre en 4,9 por ciento, ya que las empresas norteamericanas totalizaron en ese mes 199.000 despidos, la cifra más alta en más de una década.
El Departamento de Trabajo evidenció con su informe del viernes que el mercado laboral estaba bajo intensa presión, aún antes de los ataques terroristas del mes pasado. La industria manufacturera despidió 93.000 obreros el mes pasado, el décimo cuarto consecutivo de pérdida de fuentes de trabajo en las fábricas. En todo ese tiempo perdieron su empleo 1,1 millones de obreros.
Debido a la técnica con que se confeccionan las estadísticas de empleo, el informe de septiembre no incluyó los más de 200.000 despidos producidos en las aerolíneas y la industria turística después de los ataques del 11 de septiembre. Estos aparecerán en el informe de desempleo de octubre. Muchos economistas pronostican que la tasa de empleo de octubre podría subir hasta a 5,3% o más.
También pronostican que la conmoción de los ataques terroristas llevará al país a una recesión plena, la primera desde la de 1990-91.
Y señalan que la tasa de crecimiento económico, que en el trimestre abril-junio llegó apenas a 0,3%, entró en territorio negativo en el recientemente concluido período julio-septiembre. Pronostican una declinación del producto interno bruto del 1% en los dos trimestres que restan en el año.
Los economistas temen que los gastos de los consumidores, que mueven las dos terceras partes de la actividad económica, se reduzcan en gran medida debido a los temores por la inestabilidad laboral y la incertidumbre de la guerra contra el terrorismo.
El Presidente George W. Bush, cuyo padre estaba en la Casa Blanca durante la recesión previa, está forjando con el Congreso un programa de estímulo económico de hasta 75.000 millones de dólares, por lo menos para mitigar la recesión en intensidad y duración.