BUENOS AIRES.- El riesgo país argentino batió este jueves su marca histórica luego de que el Fondo Monetario Internacional anunció que no planea acelerar desembolsos para el país, que prepara una reestructuración de su costosa deuda pública.
Un portavoz del organismo financiero mundial rechazó la posibilidad de que la entidad adelante una entrega de fondos por 1.264 millones de dólares -pautada para diciembre- y que el gobierno cuente con ese dinero en noviembre para enfrentar vencimientos de deuda.
"El mercado definitivamente sintió eso. Es una noticia que golpea muy duro porque deja a Argentina sola", dijo a Reuters Mario Zawadzki, operador de la casa de bolsa Schweber.
A las 18.43 GMT, el riesgo país argentino se ubicaba en 2.289 puntos básicos según el índice EMBI+ de J.P. Morgan, tras superar los 2.300 puntos. Su máximo histórico fue de 2.295 unidades en marzo de 1995, en medio de la crisis económica desatada por la devaluación del peso mexicano.
La alta volatilidad de los activos argentinos reflejaba a su vez la incertidumbre de los inversores, que desconfían que la reestructuración de deuda que anunciaría este jueves el gobierno sea voluntaria, como prometieron el Presidente Fernando de la Rúa y el ministro de Economía, Domingo Cavallo.
El índice líder de la plaza bursátil argentina, el Merval, crecía 2,31 por ciento tras caer 3,21 por ciento.
Por su parte, el bono referencial de la deuda argentina -el Global con vencimiento en 2008 bajaba un 3,022 por ciento, a 44,125 dólares; mientras que el Global 2031 -el de mayor plazo de amortización- subía apenas 0,29 por ciento, a 43,25 puntos.
Los bonos Brady perdían, en promedio, 1,66 por ciento.
"Hay un escenario de mucha volatilidad y no hay inversores posicionándose en bonos porque hay muy poco volumen de operaciones. El tiempo pasa y la ansiedad crece", dijo a Reuters Pedro Rabasa, economista jefe de Scotiabank Quilmes.
A su vez, la tasa interbancaria se negociaba al 80,0 por ciento nominal anual en pesos por un día contra un previo del 40,0 por ciento.
De la Rúa indicó que el país ahorrará entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en 2002 por pagos financieros tras la reestructuración de deuda pública que se anunciará en las próximas horas y que busca evitar una cesación de pagos.
Tras las palabras del Mandatario, los bonos comenzaron a recortar las pérdidas. Añadió que la operación será una "reestructuración voluntaria de la deuda para bajar el costo de los servicios y pasar de títulos que hoy reciben 11 por ciento de interés a 7 por ciento de interés", pero no detalló si incluye a tenedores domésticos de bonos o también a inversores internacionales.
El gobierno también busca un acuerdo con las administraciones provinciales para que acepten un recorte en los fondos que el Estado les gira cada mes por distribución de impuestos federales. Pero las provincias -en su mayoría en manos de la oposición peronista- se niegan al recorte.
Argentina necesita ese ahorro para llevar adelante un plan que estipula que el Estado no puede gastar más de lo que recauda por impuestos y que tras la caída de 14 por ciento en la recaudación de septiembre, parece cada vez más difícil de cumplir.