BRUSELAS.- Después de un debut sin inconvenientes en el primer día del año, la nueva moneda europea pasó airosa este miércoles su prueba de fuego cuando los comercios reabrieron sus puertas y el público empezó a familiarizarse con los nuevos billetes y monedas.
Pese a alguna escasez de euros en algunos negocios o en manos de los compradores, no se concretaron las colas interminables ni las escenas de nervios que algunos temían.
"No fue tan malo", comentó Veronique Patte, gerente del almacén Franprix cerca de los Campos Elíseos en París. "Los clientes comprenden que no es fácil. Podría ser mucho peor".
Aun los corredores de cambio estaban impresionados por la impecable transición monetaria, y el euro subió casi un 2% hacia el final de la tarde para cotizarse a más de 90 centavos de dólar.
"Realmente no preveo nada que pueda interrumpir en este momento el optimismo por el euro", afirmó el analista de divisas Steve Barrow, de Bear Stearns, en Londres.
Se produjeron algunas demoras y atosigamientos de tránsito en algunos puentes y carreteras mientras los automovilistas trataban de encontrar los euros necesarios para pagar el peaje. Las autoridades, desde Lisboa a Atenas, recordaron a los conductores que debían usar el cambio justo.
"Muchas personas que pagan habitualmente en las cajas automáticas mediante tarjetas de crédito, decidieron pagar en efectivo para poder tener en sus manos el euro por vez primera", dijo Giustino Ruggieri, portavoz de Societa Autostrada en Italia.
Las colas fueron más largas que de costumbre en algunos bancos y oficinas de correos. En Nápoles, se llamó a la policía cuando los retirados que aguardaban su primera pensión en euro fueron presa de los nervios. En Atenas, el Primer Ministro griego Costas Simitis visitó cinco bancos para pedir paciencia al público.
Aunque funcionarios de la Unión Europea reportaron que más del 80% de los cajeros automáticos en los 12 países que usan el euro habían sido convertidos para el miércoles, el porcentaje variaba entre casi el 100% en Alemania y aproximadamente el 50% en Italia.
Los comerciantes dijeron que la mayoría de sus clientes seguía deshaciéndose de sus antiguas monedas nacionales. "Nos demora un poco porque sólo damos el cambio en euros", dijo Eeva Ekblom, una camarera en el Cafe Via de Helsinki, Finlandia. "Pero a la gente parece agradarle la nueva moneda", acotó.
Las divisas nacionales seguirán circulando junto con el euro durante un máximo de dos meses para facilitar la transición, pero las autoridades de la UE esperan que la mayoría sólo utilice euros a mediados de mes.
"Es un proceso natural en el que uno gasta primero el dinero que tiene", dijo Jan Smets, director general del euro en el Banco Nacional Belga.
Los minoristas europeos tendrán la misión de recibir las viejas monedas y entregar las nuevas en cambio, para ayudar a sacar de circulación las divisas nacionales.
Pero ello no estaba ocurriendo en todos lados.
"Mi problema es que no tengo suficientes billetes", dijo Mourad Mahoudi, quien administra una tienda de abarrotes cerca de las oficinas generales de la UE en Bruselas.
Cuando la gente paga con billetes de 50 euros (aproximadamente 44,50 dólares), el tendero se ve obligado a dar el cambio en francos belgas, algo que va totalmente contra el espíritu de la transición. "Pero espero ir al banco más tarde", dijo.
En un cine en Madrid, la cajera insistía en dar el cambio en pesetas, tras explicar que ella también trataba de deshacerse de las viejas monedas.
El euro debutó como divisa legal en 12 de los 15 países de la Unión Europea en el primer minuto del 2002, en el paso más espectacular hacia la integración de la Europa de posguerra.