BUENOS AIRES.- El gobierno argentino confía en que la devaluación controlada del peso que acaba de anunciar apenas repercutirá sobre los precios minoristas, que sólo deberían aumentar levemente, dijo el lunes el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov.
"Nosotros pensamos que el aumento de precios en términos globales tiene que ser muy menor", dijo a una radio el funcionario.
El gobierno anunció en la noche del domingo una devaluación del peso de 28,5 por ciento, al modificar su valor a 1,4 por dólar, en un primer paso hacia una libre flotación de la moneda en el corto plazo.
La medida acabó con una década de un sistema de cambio fijo que ató a la moneda local y a la divisa estadounidense a la par, y que, según economistas, vapuleó la competitividad de la economía, manteniéndola estancada desde 1998.
Para evitar que la devaluación se traslade a los precios al consumidor en un país donde los bienes y servicios están completamente dolarizados, el gobierno dispuso la conversión a pesos de todos los valores y tarifas fijados a la divisa estadounidense.
La semana pasada se comenzaron a notar aumentos de precios y desabastecimiento en varias ramas, que van desde el alza de hasta 40 por ciento en electrodomésticos hasta la falta de medicamentos en las farmacias debido a que las droguerías -los intermediarios- se niegan a distribuirlos a la espera del desarrollo de los acontecimientos.
Remes Lenicov aseguró que uno de los factores que frenará el aumento de los precios es que el país se haya sumido en un proceso deflacionario debido al estancamiento de la demanda doméstica por la crisis económica.
En 2000, los precios al consumidor se contrajeron 0,7 por ciento.
De todas maneras, el ministro de Economía amenazó con imponer límites a los precios de ciertos productos, como los combustibles, después que el diesel registró un alza en los últimos días.
"Sobre los precios máximos, la ley faculta al (Poder) Ejecutivo a fijar precios máximos en todos aquellos productos de mercados monopólicos u oligopólicos, caso de medicamentos o naftas (gasolina), no en los otros casos", dijo Lenicov.
Sin embargo, aclaró que gran parte del éxito del control de precios está en manos del consumidor.
"Lo que yo le diría a la gente es que discuta mucho y que pelee mucho, porque de eso y de las asociaciones que representan a los consumidores depende el éxito del plan. Este plan para ser exitoso tiene que asumir muy poco cambio a los precios", agregó.