BUENOS AIRES.- Con la incógnita de saber qué precio alcanzará la cotización del dólar, valor de referencia ineludible para numerosas transacciones, Argentina se dispone a dejar que la moneda estadounidense cotice libremente a partir de mañana, para dejar atrás definitivamente el sistema de convertibilidad que rigió durante una década, y que permitió mantener la ilusión de que un peso argentino equivalía a un dólar.
La expectativa sobre lo que ocurrirá mañana se vio alimentada por el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, quien dispuso un feriado cambiario durante toda la semana, luego de anunciar la liberalización de la cotización del dólar el pasado domingo.
Para una economía como la de Argentina, en la que los valores de las viviendas, automóviles, contratos de alquileres y tarjetas de crédito, entre otros, estaban fijados en dólares, pasar a un sistema en el que la única moneda es el peso no será fácil, estiman los analistas.
El temor que subsiste es que al compás del aumento en la cotización del dólar se produzca una estampida en los precios y vuelva una de las situaciones más temidas: la hiperinflación. El temor cobró cuerpo después de que los precios registraran el pasado enero una subida del 2,3 por ciento, la mayor en diez años.
En las previsiones del proyecto de presupuesto enviado al Parlamento, el Gobierno estima que la inflación anual se colocará en el 15 por ciento, pero los analistas creen que la tasa será superior. De hecho, productos básicos como la carne y el pan, entre otros, ya han sufrido aumentos.
La Asociación de Panaderos denunció un incremento del 90 por ciento en el precio de la harina, mientras que los carniceros pronosticaron aumentos de un 15 por ciento en el producto característico de las mesas argentinas.
El mercado no resiste
Al referirse a posibles aumentos, el ministro de la Producción, Ignacio de Mendiguren, advirtió que quienes incrementen los precios sin razón deberán retrotraerlos porque el mercado no podrá resistir vaivenes fuertes.
"Cuidado, aquel que quiera aumentar los precios más de lo que corresponda va a tener que bajarlos", alertó, al tiempo que explicó que el escenario no es el mismo que el de finales de la década de los ochenta, con hiperinflación, cuando había pleno empleo y las empresas trabajaban al cien por cien de su capacidad.
De Mendiguren indicó que el escenario actual es absolutamente distinto. "Tenemos una desocupación récord, empresas trabajando al 50 por ciento, y un proceso recesivo único, por lo que cualquier intento de aumento va a tener que retrotraerse", indicó.
El ministro también explicó que en procesos inflacionarios la misma hiperinflación se realimenta, la gente tiene una enorme propensión al consumo porque sabe que el dinero se esfuma y los precios al día siguiente son más caros, por lo que compra más de lo necesario.
Aumenta el paro
Además, el paro superó el 18 por ciento en la última medición realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), pero estudios privados lo sitúan por encima del 22 por ciento. Según el ministro De Mendiguren, cuando el dólar comience a cotizar libremente mañana, habrá que contribuir a que en los primeros días el dólar esté bajo un área de mayor control.
El ministro explicó que, tal y como se produjo en otros países que salieron de esquemas fijos de cambio, es probable que en los primeros días el dólar tenga un repunte y luego vuelva a un valor normal. Así le ocurrió a Brasil y otros países con procesos de este tipo.
El Gobierno peronista del Presidente Eduardo Duhalde cuenta con 14.000 millones de dólares (15.400 millones de euros) para mantener el dólar a una cotización que oscile entre 1,40 y 2 pesos. Pero el Gobierno espera que ingresen más dólares como consecuencia de la liquidación de exportaciones que estaban pendientes y que van a ayudar a equilibrar la situación.
De todas formas, la economía no abandonará la recesión sólo por el aumento del dólar. Los actuales problemas serán probablemente por algún tiempo más importantes que el efecto de una reducción de costes derivada de una devaluación, advirtió el ex viceministro de economía Pablo Guidotti.