MADRID.- La espada de Damocles que pendía sobre la petrolera hispano-argentina Repsol-YPF finalmente ha caído, aunque no ha sido tan dura como estaba previsto.
Argentina anunció ayer un impuesto del 20 por ciento para las exportaciones de hidrocarburos, y despejó así las incertidumbres que rodearon durante semanas al principal productor de crudo del país, Repsol.
La duda sobre lo que finalmente sucedería con el impuesto, afectó a la cotización en bolsa de la petrolera y provocó el recorte de algunas calificaciones.
A las 14:24 horas GMT las acciones de Repsol-YPF ganaban un 0,67 por ciento en la Bolsa de Madrid, a 13,59 euros, aunque ya ha acumulado en el año un descenso de 17,6 por ciento.
El impacto de la medida acordada es grande.
La firma de inversión Ibersecurities cree que afectará a la petrolera en una cantidad de 237 millones de euros, un 4,8 por ciento de sus previsiones de resultados operativos para el 2002.
Aunque el impacto del impuesto estaría descontado en el precio de las acciones, algunos analistas y un gestor de fondos dijeron que es pronto para evaluar la situación porque hay muchos elementos desconocidos en torno a Argentina.
"Ahora le toca a Repsol anunciar medidas estratégicas para afrontar la nueva situación", dijo Ibersecurities en un informe.
La petrolera no quiso hacer comentarios el jueves porque esperaba recibir el anuncio oficial del nuevo impuesto, del que había tenido noticia a través del comunicado del jefe de gabinete argentino, Jorge Capitanich, a los periodistas.
El impuesto establecido por el Gobierno del Presidente Eduardo Duhalde contribuirá a crear un fondo de compensación para los bancos, seriamente afectados por al devaluación del peso y la obligación de mantener la relación uno a uno entre pesos y dólares para los créditos que concedieron en la moneda estadounidense.
Más del 70 por ciento de la producción de Repsol, de un millón de barriles por día, procede de Argentina, donde la empresa tiene en torno al 40 por ciento del mercado y aglutina un 30 por ciento de las exportaciones.
El portavoz de Repsol dijo que el 70 por ciento de su producción en Argentina se vendió dentro de la economía local, mientras que el resto es exportado y, por lo tanto, gravable con el nuevo impuesto.
"No sabemos todavía la comparación económica de vender en el mercado local frente a exportar", dijo un analista en Londres. "Depende del nivel de demanda en Argentina y, por supuesto, eso mismo se verá afectado por la devaluación".
Estanilao Cabanillas, gestor de fondos de Barclay’s Bank en Madrid, dijo que el banco se mantenía neutral respecto a Repsol y tenía que decidir qué postura asumir ahora que se conoce el nivel del impuesto.
"El problema es que nadie sabe lo que dirá el Gobierno (argentino) la próxima semana", agregó.
Iciar Gómez, analista de la firma de inversión Safei, dijo que recomendaba cautela a corto plazo, pero agregó que el actual precio de Repsol podía ser atractivo como inversión a más largo plazo.
