BUENOS AIRES.- El ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, dijo el viernes que la decisión del país de buscar un acuerdo con el FMI no implica aceptar todas sus exigencias, e invitó al organismo a reflexionar sobre sus errores durante las crisis financieras de los últimos años.
El funcionario explicó en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros que la decisión del gobierno es "mantener a la Argentina insertada en el mundo y para eso uno de los requisitos es mantener la negociación con el FMI".
Pero inmediatamente agregó: "Lo cual no significa aceptar la totalidad de las cosas que (el organismo) plantea".
Como muestra, Lavagna dijo que, pese a que antes de su aterrizaje en el Ministerio de Economía la semana pasada el presidente Eduardo Duhalde estaba estudiando aplicar un sistema de cambio fijo, él decidió que lo mejor sería mantener el valor del peso libre "sin abrir un espacio de consulta con el FMI".
También explicó que decidió eliminar un sistema de indexación por inflación de las deudas hipotecarias que fueron pactadas antes de la devaluación de enero, sin consultar al organismo.
El ministro dio así en el centro de la discusión que hace dos semanas sacudió al gobierno, cuando Duhalde criticó una serie de exigencias que el Fondo Monetario Internacional plantea para otorgar ayuda financiera a Argentina.
Sin embargo, el presidente argentino posteriormente se retractó, convencido por algunos gobernadores provinciales peronistas muy influyentes.
El gobierno argentino necesita con urgencia la asistencia de los organismos multilaterales de crédito para comenzar a reconstruir una economía que está en recesión desde 1998, lo que dejó a casi la mitad de la población en la pobreza.
Ahora, Lavagna busca un punto intermedio entre las críticas al organismo y la necesidad de que éste desembolse créditos.
El funcionario insistió en la necesidad del acuerdo pero señaló: "Está claro que las políticas llevadas adelante (por el FMI) en una década no han sido del todo exitosas. Hemos tenido una cadena de crisis en México, Asia, Rusia, Brasil".
"El FMI debe reflexionar sobre algunas políticas", concluyó.
El ministro coincidió en que es necesario modificar la ley de quiebras, tal como pide el organismo, para equilibrar la relación entre acreedores y deudores, y derogar otra ley que castiga a las empresas o personas que perjudiquen la economía del país porque "deja dudas a inversores del exterior".