OSORNO.- El presidente del Consorcio Agrícola del Sur (CAS), Manuel Riesco, dijo que "los agricultores del sur calientan motores", graficando -según señaló- el desánimo e inquietud que reina entre los productores de la zona, lo que derivará en nuevas movilizaciones que serán refrendadas a fin de mes en una asamblea ampliada que se realizará en Osorno.
Reunidos ayer en una asamblea preliminar del CAS celebrada en la misma ciudad de Osorno, representantes de distintas federaciones de productores (Fedeleche, Fenare, entre otras) se quejaron del incumplimiento de algunos puntos acordados con el Gobierno en la mesa de diálogo agrícola.
Sus principales quejas apuntan a la situación que hoy enfrentan tres productos: la leche, la remolacha y la carne.
"La gente está demasiado inquieta. Nos reunimos en Osorno para ver las inquietudes de los agricultores y la verdad es que el ánimo está muy malo. Nos dieron (los dirigentes) un plazo acotado para buscar soluciones y, si no, vamos a empezar a actuar", advirtió.
Riesco explicó que en el caso de la leche se comprometió a buscar instrumentos para velar porque el negocio se mantenga. Pero resulta, añadió, "que las salvaguardias al acero se acabaron y no se buscó ningún mecanismo".
La segunda queja apunta a la incertidumbre que hoy viven los productores de granos, particularmente trigo. Este producto está sujeto en Chile al mecanismo de bandas de precios, instrumento que fue cuestionado por Argentina ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), entidad que falló contra nuestro país.
En este punto, sostuvo que "estamos con un juicio en la OMC y el Gobierno está buscando la solución, pero no la podemos buscar después de" cuando el daño ya está hecho.
El tercer punto es la inquietud por la perforación de la banda de precios del azúcar, a raíz del aumento de las importaciones de la fructosa, un sustituto de dicho producto.
En cuanto a la carne, los agricultores temen que próximamente se levanten las restricciones que pesan sobre el ingreso de carne argentina a raíz de la detección, el año pasado, de múltiples focos de fiebre aftosa en el vecino país.
"Los ánimos están muy caldeados y la gente está toda unida", reiteró Riesco.
