TOKIO.- Salvo el mercado japonés, las principales bolsas asiáticas reflejaron esta semana con caídas generalizadas la mala marcha que continúa padeciendo Wall Street, además de la tensión entre EEUU e Irak y el aumento del precio del petróleo.
Tan sólo la Bolsa de Tokio logró enderezar la tendencia y cerrar con una modesta ganancia gracias a las renovadas esperanzas que los inversores han vuelto a depositar en las medidas oficiales que parece tomará el Gobierno para refrescar la recuperación económica y remediar la grave crisis que sufre desde hace una década.
La semana transcurrió con bajadas constantes, atajadas esporádicamente por rebotes técnicos y compras a niveles de ganga, que no lograron pese a todo vencer el peso de las caídas: ocho de los nueve mercados cerraron ayer por debajo de los niveles del pasado día 20.
Los inversores acusaron una vez más el reflejo negativo de la aguda caída del Nasdaq estadounidense, así como de la mala marcha generalizada de Wall Street y los decepcionantes datos de la confianza del consumidor en aquel país, que es uno de los principales destinos de las exportaciones asiáticas.
En Indonesia, en el mercado de Yakarta se repitieron los retrocesos que llevaron al JCI a 412,97 puntos, con una pérdida semanal del uno por ciento.
Por su parte, en Tailandia el índice SET de Bangkok finalizó a 338,72 puntos con una caída del 3,6 por ciento, al igual que en Malasia, en donde el barómetro KLCI de Kuala Lumpur cedió en el balance semanal un 3,7 por ciento al quedar en los 647,36 puntos.
El resultado fue bajista también en Singapur, donde las compras del último día de títulos a bajo precio no lograron equilibrar el fiel de la balanza y llevaron al Straits Times hasta 1.373,89 frente a los 1.421,03 de la semana anterior (-3,3 por ciento).
Igualmente negativo fue en Hong Kong, cuyo Hang Seng concluyó en 9.294,46 puntos, alejado de los 9.328,22 de hace siete días, aunque su caída fue la más moderada de todas las asiáticas, del 0,3 por ciento.
El mercado bursátil de Taiwán cayó también y el TAIEX cedió hasta los 4.208,80 puntos con un negativo de 220,45 enteros presionado por las malas previsiones empresariales, lo que le causó una de las mayores pérdidas semanales, del 4,9 por ciento.
La incertidumbre inversora causó al Kospi surcoreano la mayor pérdida de todas, del 5,7 por ciento semanal, y cerró en 663,72 puntos, al temer que la floja demanda en Estados Unidos debilitará las exportaciones surcoreanas y recortará los beneficios de sus conglomerados.
En Manila, la tensión de Estados Unidos con Irak y el posible aumento de los combustibles causó en el Phisix bursátil una pérdida del 2,1 por ciento hasta colocarse en 1.119,92 puntos.
El mercado japonés se salvó de las pérdidas gracias a las expectativas de que el Gobierno obligará a la banca a acelerar la liquidación de sus multimillonarios impagados crediticios y la posibilidad de usar para ello dinero público.
El índice Nikkei cerró la semana a 9.530,44 puntos por encima de los 9.481,08 del pasado día 20, lo que se traduce en una recuperación del 0,5 por ciento.
Pese a un comienzo semanal desastroso que sumó en dos días un negativo de 316 puntos, el optimismo retornó al parqué bursátil con las declaraciones del ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa, en las que apuntó la disposición del Gobierno a inyectar de nuevo dinero del erario público a la banca para ayudar a las entidades a reducir sus montañas de incobrables.
La demanda inversora se mantuvo activa al cierre semanal ante las indicaciones de que el primer ministro Junichiro Koizumi efectuará un reajuste del Gabinete el próximo lunes y la esperanza de que el nuevo plantel de ministros no cuente con el actual titular de la cartera de Servicios Financieros, Hakuo Yanagisawa, que es el mayor opositor al uso de dinero público para la banca.