SANTIAGO.- A un total de 817.790 hectáreas alcanzaría la superficie sembrada de cereales, chacras y cultivos industriales durante el año agrícola 2002-2003, según el segundo estudio anual de coyuntura agrícola que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) realizó durante octubre entre la Cuarta y le Décima regiones, lo que representa un aumento de 0,7 por ciento, respecto del año agrícola anterior cuando alcanzó a 812.460 hectáreas.
Los mayores aumentos se producirían en avena y maíz, mientras que las siembras de trigo se reducirían en un 3,1 por ciento.
De acuerdo a la encuesta, las siembras de cereales crecerían en un 2,2 por ciento, con alzas en avena (17,9 por ciento), maíz (10,9 por ciento), cebada (4,8 por ciento) y arroz (1,9 por ciento).
Estos aumentos obedecen a mejores condiciones en la comercialización de la cosecha pasada y también a mejores expectativas de precio para la presente temporada por la disminución de los stocks finales mundiales en los cultivos de arroz y maíz, principalmente.
En la zona centro-sur y sur del país, además se produjo un efecto de sustitución del cultivo de remolacha por cereales.
La intención de siembra de trigo es un 3,1 por ciento menor a la observada en la última temporada, situación atribuible, principalmente, a problemas climáticos que han dificultado las siembras.
Este cultivo presenta buenas perspectivas de precios debido a un repunte del piso de la banda.
El grupo de las chacras registraría un aumento anual de un 1,1 por ciento en su superficie pese a que las leguminosas presentan uno de los niveles de siembra más bajos de los últimos diez años.
Sin embargo, se aprecia una mayor intención de siembra de poroto de exportación debido a una mayor demanda prevista desde México y Brasil.
Por su parte, las intenciones de siembra de papa muestran un aumento anual de un 1,6 por ciento, para alcanzar las 62.360 hectáreas.
El INE destacó que en la presente temporada, los cultivos industriales en su conjunto presentan un significativo retroceso de un 15,1 por ciento en sus siembras, fundamentalmente, por la disminución de un 35,6 por ciento de la remolacha.
La industria azucarera ya había acordado con los productores una reducción de las contrataciones a 36.000 hectáreas, pero las inclemencias climáticas impidieron la concreción de siembras, por lo que solamente se alcanzaría una superficie de 30.550 hectáreas.
El cultivo del raps presenta un crecimiento del 561,3 por ciento en su superficie contratada, de 750 a 4.960 hectáreas, debido a la demanda de la industria avícola.
En este grupo también aumentan las intenciones de siembra de lupino, en un 15 por ciento, gracias a la demanda de la industria salmonera.
Las plantaciones de tabaco registran una significativa alza, de un 19,4 por ciento, tendencia que podría continuar en las próximas temporadas por los buenos resultados de la industria.
La siembra de maravilla experimentaría un mínimo crecimiento anual de un 1,3 por ciento.
La finalidad de este tipo de investigaciones es orientar a autoridades, productores, empresas comercializadoras, agroindustrias y usuarios en general, acerca de las tendencias existentes en una época determinada. Por ello, las cifras informadas pueden mantenerse o evolucionar en uno u otro sentido, dependiendo de la reacción de los agricultores ante los diversos factores que intervienen en la adopción de sus decisiones.