SANTIAGO.- El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, afirmó este viernes que el Gobierno sigue con mucha atención lo que está ocurriendo a nivel internacional con los precios de los alimentos y del petróleo, por las presiones inflacionarias que se podrían provocar a nivel global y local.
"Tenemos algunas presiones inflacionarias que vienen de los commodities en los mercados internacionales, fundamentalmente de los precios de los alimentos y del petróleo. Estamos siguiendo con mucha atención esta situación", dijo el secretario de Estado.
Larraín agregó que "evidentemente la expectativa que uno tiene es que la situación que ha generado el aumento de los precios del petróleo (crisis en Medio Oriente) se pueda ir normalizando y de esa manera no tengamos ese efecto adicional", agregó.
Frente a un probable escenario de mayor inflación, el secretario de Estado subrayó que "desde el punto de vista nuestro, estamos cooperando en la mejor forma posible a través de nuestra política fiscal y de las herramientas que tenemos".
Consultado si este año podría producirse, en materia inflacionaria, un escenario similar al registrado en 2008, sostuvo que "la situación de ese año, en que llegamos a una inflación muy elevada, está muy lejos de lo que podría ocurrir este año".
Larraín precisó, en todo caso, que "no sería realista desconocer la presencia de algunas presiones inflacionarias, que no tienen que ver con nuestra coyuntura doméstica sino que con la coyuntura internacional, externa, de precios de commodities".
Requerido por la posibilidad que el Gobierno entregue un bono extraordinario a las familias más vulnerables a raíz de esta situación, el jefe de las Finanzas Públicas insistió en que el Ejecutivo "está analizando" los efectos de las alzas de los precios de los alimentos.
"No puedo confirmar la entrega de ningún bono. Lo que sí puedo confirmar es que no habrá 'bono marzo'", recalcó.
Al respecto, el titular de Hacienda recordó que el beneficio otorgado en marzo de 2010 a las familias más vulnerables fue una medida motivada por los efectos de la crisis económica internacional de 2008-2009 y el grave impacto del terremoto y maremoto del 27 de febrero del año pasado.