ZARAGOZA.- El secretario ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA), Nobuo Tanaka, dijo hoy en Zaragoza que el uso del carbón como fuente de energía seguirá cien años más y que el reto de la sociedad es utilizarlo de forma limpia.
Así lo señaló a los medios de comunicación antes de participar en la V Conferencia Internacional sobre Tecnologías Limpias del Carbón, en el que expertos de distintas partes del mundo debaten sobre los avances registrados para capturar y almacenar el CO2 que produce la combustión del carbón.
Tanaka aseguró que el carbón es un recurso natural "muy abundante y barato" como fuente de energía de origen fósil, pero ha incidido en que el reto de la sociedad es aprender a utilizarlo de forma "limpia", mediante el desarrollo de tecnologías dirigidas a la captura y almacenamiento del CO2.
"En la actual situación, los altos precios del petróleo y el reciente accidente nuclear en Japón hacen -remarcó- que tenga más importancia, si cabe, tanto el gas natural como el carbón".
Al respecto añadió que la Agencia Internacional de la Energía trabaja "intensamente" en tecnologías limpias para el uso del carbón, cuyas reservas garantizan su utilización los próximos cien años, aunque ha expresado su convicción de que nuevas excavaciones permitirían encontrar nuevos yacimientos.
"El reto importante que tiene el carbón -resaltó- es que tenemos que hacerlo más limpio, y para esto se necesita invertir en tecnologías para capturar y almacenar el CO2", y evitar así el efecto invernadero de las emisiones sobre la atmósfera.
Tanaka subrayó que hacen falta mayores inversiones, públicas y privadas, por parte de los países productores de energías basadas en combustibles fósiles para controlar las emisiones de CO2.
En este sentido, el profesor de Investigación del Instituto de Carboquímica (ICB), Juan Adánez, dijo que el reto no es tanto resolver el problema de la captura y almacenaje del CO2 sino desarrollar tecnologías "lo más económicas posibles".
El responsable del ICB, organismo con sede en Zaragoza adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que organiza la conferencia junto a la IEA, ha destacado que el proceso más costoso es separar el CO2 de los humos de combustión.
Respecto a su almacenaje, manifestó que "no vale cualquier sitio, sino que hay que buscar el yacimiento más adecuado para guardarlo, normalmente salmueras muy profundas, por debajo de los 800 metros", que favorecen un lento proceso de mineralización del gas al entrar en contacto con las sales.
Las pruebas de almacenamiento llevadas a cabo en Noruega bajo el subsuelo marino y en el desierto del Sáhara han permitido verificar, ha recordado, que no se producen fugas ni filtraciones en el proceso, a la vez que ha descartado la reutilización de todo el CO2 generado ante la imposibilidad de darle uso.