CANNES.- Los empresarios de los países del G20 reclamaron hoy a los líderes políticos flexibilidad laboral para generar empleo y luchar contra el trabajo en negro, dentro de una serie de 46 recomendaciones.
Los dirigentes empresariales del denominado B20 también reclamaron una reforma del sistema monetario internacional que pase por un dispositivo de cambios "flexible" y "multipolar" en el que participe, además del dólar, el euro y sobre todo el yuan chino, así como otras divisas de países emergentes.
"Queremos un sistema de cambios flexibles con monedas convertibles", subrayó en Francia durante la presentación a la prensa de las recomendaciones al G20 la líder de la patronal francesa MEDEF, Laurence Parisot, que este año ejerce la presidencia del B20, reunida en Cannes.
En sus conclusiones, los líderes empresariales pusieron el acento en que un yuan convertible con otras divisas -en lugar de que sean las autoridades de Pekín las que fijen su valor- no sólo favorecería el comercio mundial, sino que para China es una necesidad para incrementar su peso internacional.
Parisot explicó que el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Joan Rosell, ha estado al frente en los últimos ocho meses del grupo de trabajo del B20 sobre el empleo, del que ha salido la petición al G20 para "favorecer un mejor funcionamiento de los mercados de trabajo y estimular la creación de empleos".
El B20 abogó por reforzar la creación de unas bases de protección social basadas en redes de garantías orientadas al empleo, que sean viables desde el punto de vista financiero, con financiación nacional y fruto del diálogo social.
Los empresarios se declararon muy reticentes a nuevas regulaciones financieras, al insistir en que antes que embarcarse en nuevas reformas en ese campo hay que evaluar las que ya están en curso para no poner en peligro el crecimiento económico.
En ese punto, los responsables del B20 no lograron consenso sobre la iniciativa de crear una tasa sobre las transacciones financieras.
En lo que sí hubo acuerdo de los alrededor de 150 dirigentes de compañías que han participado directamente en este mensaje a los líderes del G20 fue en reclamarles "una mayor cooperación económica internacional".
La cuestión estaba en la mente de todos por el contexto de la crisis de la zona euro después del anuncio del primer ministro griego, Yorgos Papandréu, de que va a convocar un referéndum sobre el acuerdo de la cumbre europea de la semana próxima para el salvamento financiero de su país.