BERLÍN.- El Gobierno alemán insistió hoy en rechazar la emisión de eurobonos a corto plazo y dijo que un instrumento de esa naturaleza sólo se discutiría tras un proceso de integración de varios años.
"El Gobierno alemán considera que en este momento la emisión de eurobonos no es la respuesta adecuada a la crisis", dijo el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
Interrogado acerca de si los eurobonos serían adecuados en "otro momento", Seibert dijo que tras "un proceso de años" se podría llegar a una situación en que se pudiera pensar en un instrumento semejante.
"Creo que aquí ya hemos tenido con frecuencia ese debate y que se ha repetido hasta la saciedad lo que hay que decir sobre el mismo", dijo Seibert, visiblemente irritado, durante la habitual rueda de prensa de los portavoces del gobierno.
"La Canciller Ángela Merkel ha dicho con frecuencia que en los eurobonos sólo se podrían pensar después de un largo proceso de integración europea que tardaría años y al término del cual eventualmente se podría dar una situación en que ese instrumento sería viable", dijo Seibert.
Merkel ha hecho de su rechazo a los eurobonos una de las banderas de su gobierno por considerar que un instrumento de esa naturaleza comprometería excesivamente a Alemania con la deuda de los países en crisis que además tendrían menos presión para realizar sus ajustes fiscales.
Recientemente, Merkel insistió en ese rechazo asegurando que ni siquiera existen bonos comunes de la deuda de los 16 estados federados alemanes -aunque algunos los quisieran- sino sólo títulos de cada uno de ellos y títulos de la deuda de la federación.
Aunque las dos principales fuerzas de la oposición, el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, han criticado continuamente la política europea de Merkel en general han evitado hasta ahora una posición clara con respecto a los eurobonos.
Los eurobonos, según encuestas de opinión, son rechazados por dos terceras partes de los alemanes.
Una herramienta alternativa ha sido sugerida por el Consejo Asesor de Economistas del gobierno germano, los llamados "Cinco Sabios", que consiste en crear un pacto europeo de amortización de la deuda.
Según esa herramienta, que tampoco ha sido asumida como posibilidad inmediata por el gobierno de Merkel, se formaría una especie de fondo común con la deuda soberana de cada uno de los países de la eurozona que supere el 60% del PIB respectivo.