El sector energético atrae inversiones y genera empleos en Estados Unidos

NUEVA YORK.- Sobre la orilla este del Río Misisipi, cerca de una hora corriente arriba desde Nueva Orleans, el perfil de la nueva planta procesadora de hierro de Nucor Corp., con un valor de US$ 750 millones, se alza entre campos de caña de azúcar y árboles de ámbar americano.

Supervisando la planta desde la ruta, Michael Eades, presidente de Ascension Economic Development Corp., dice que forma parte de una ola de inversiones atraídas a esta franja ribereña industrial de Louisiana por los bajos precios del gas natural. Empresas como Westlake Chemical Corp., Potash Corp. de Saskatchewan Inc. y Methanex Corp. tienen proyectos en marcha. Ormet Corp. reabrió una refinería de alúmina el año pasado, recobrando 250 empleos.

"Estamos viendo una cantidad increíble de actividad", dijo Eades, que el año pasado sumó US$ 1.100 millones en nuevos proyectos solamente en Ascension Parish, donde su grupo privado sin fines de lucro promociona el desarrollo. Para este año espera el doble.

Esto presagia un auge de inversiones a nivel nacional que se propaga desde los yacimientos petroleros de Dakota del Norte y el depósito de esquisto Marcellus en Pensilvania hasta centrales de electricidad en California y refinerías químicas en Texas. Un aumento del desarrollo del gas natural estadounidense impulsó planes de gasto por US$ 226.000 millones en gasoductos, almacenamiento, instalaciones de procesamiento y centrales eléctricas, en su mayoría programados para los próximos cinco años, según Industrial Info Resources, un proveedor de inteligencia de mercado en Sugar Land, Texas.

En menos de una década, las reservas de energía estadounidense experimentaron una transformación impulsada por los avances en tecnología y sus repercusiones económicas recién comienzan a ser comprendidas. La producción de gas natural estadounidense crecerá hasta un nivel sin precedente este año y la producción de petróleo creció en julio hasta su punto más alto desde 1999. Citigroup Inc. estimó en un informe fechado en marzo que una "reindustrialización" de los Estados Unidos podría sumar no menos de 3,6 millones de empleos para 2020 y aumentar el producto interno bruto no menos de 3%.

Beneficios acotados

Hasta el momento, los beneficios económicos se han visto limitados a estados como Louisiana, Texas y Dakota del Norte, mientras la tasa nacional de desocupación se mantuvo por encima de 8% durante 42 meses consecutivos tras la peor recesión en siete décadas.

"Es algo sin duda positivo para la economía, pero se puede llegar a exagerar cuán positivo", dijo Michael Feroli, economista estadounidense principal en JPMorgan Chase Co. La producción de gas y petróleo representa aproximadamente el 1% del producto interno bruto, y tendrá un impacto limitado sobre el desempleo del país, dijo.

Aun así, hay signos de que los beneficios económicos han comenzado a difundirse más allá de los yacimientos de petróleo y gas y que la promesa de combustibles abundantes a bajo costo dará una ventaja competitiva a sectores que van desde el acero, el aluminio y los automóviles hasta los fertilizantes y las sustancias químicas.

Esto daría impulso a un sector industrial estadounidense que ha perdido 5,12 millones de empleos desde 2011 y se convertiría en el foco de un debate nacional para reactivar el empleo fabril. Los industriales han sumado 532.000 empleos desde enero de 2010 cuando la economía comenzó a recuperarse, según datos de la Oficina de Estadísticas del Trabajo.