BIRMINGHAM.- El ministro británico de Finanzas, George Osborne, anunció el lunes nuevos recortes en los subsidios sociales por valor de 10.000 millones de libras, y un polémico plan para que los británicos renuncien a sus derechos en caso de despido a cambio de acciones en su empresa.
Osborne declaró ante su Partido Conservador, reunido en Congreso en Birmingham (centro de Inglaterra), que aunque la economía británica estaba "curándose" el Reino Unido debía continuar por el camino de la austeridad.
"La mayor parte de los ahorros debe venir de una reducción del gasto público y no de un incremento de los impuestos", dijo.
"Tenemos que encontrar 10.000 millones de libras (16.000 M de dólares, 12.400 M de euros) en los subsidios sociales antes del primer año completo de la próxima legislatura", anunció.
Estos nuevos recortes se añadirán a los 18.000 millones de libras ya previstos por el gobierno de David Cameron hasta 2015, año de las elecciones.
Osborne reconoció que los ricos deben asumir la mayor carga impositiva, pero advirtió que los jóvenes desempleados perderían parte de sus subsidios de vivienda y que podría establecerse un límite de hijos a la hora de atribuir subsidios familiares.
"¿Cómo podemos justificar que los ingresos de los que no trabajan aumenten más rápido que los de las personas que trabajan? ¿Cómo podemos justificar que la gente que trabaja deba evaluar el coste de tener otro hijo mientras los que no trabajan no tienen que hacerlo?", se preguntó.
Para justificar los nuevos recortes, Osborne admitió que la "curación de la economía" prometida por el gobierno "tardaba más tiempo de lo previsto porque los daños eran más importantes de lo que se esperaba".
La economía está nuevamente en recesión desde el cuarto trimestre de 2011, atenazada entre el drástico plan de ajuste y la crisis en la vecina Eurozona, lo que provocó un aumento del déficit público del país.