LONDRES.- El Banco de Inglaterra se abstuvo nuevamente el jueves de inyectar más dinero a la economía, dado que prefirió esperar a que el nuevo esquema de préstamos dé sus frutos y debido a la preocupación entre algunos de sus consejeros por la marcha de la inflación.
La decisión habría sido reñida, ya que los consejeros debieron sopesar la sorpresiva salida de la recesión que experimentó la economía británica en el tercer trimestre con las señales de debilidad que se vieron luego.
Varios miembros del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra han expresado su preocupación por la inflación y algunas dudas por la efectividad para reactivar la economía de su programa de compra de activos.
Los consejeros esperan que su nuevo esquema de préstamos y financiamiento haga que el crédito vuelva a fluir a las familias y empresas, pero reconocen que hasta que este efecto se sienta podrían pasar algunos meses.
Por ahora, el banco central optó por no comprar más bonos del gobierno británico, tras comprar el equivalente a 375.000 millones de dólares (600.000 millones de dólares) desde la crisis económica del 2008-09.
Además, dejó estable su principal tasa de interés en un 0,5 por ciento, en línea con lo que esperaba el mercado. Las minutas del encuentro, con detalles sobre la discusión, se conocerán el 21 de noviembre.