BRUSELAS.- Bruselas aspira a desempeñar un papel determinante en la recuperación de la industria del automóvil europeo, para lo que hoy aprobó un plan de acción para atajar la crisis del sector y anunció que impulsará un acuerdo entre sus principales actores.
"No podemos decidir sobre los cierres, pero podemos acompañar las reestructuraciones utilizando el dinero europeo, aunque hace falta trabajar con una estrategia a medio y largo plazo para defender los recursos industriales", afirmó el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Antonio Tajani, al presentar el plan "Cars 2020".
Este paquete incluye medidas para reforzar a la industria del automóvil europeo, un sector del que en la Unión Europea dependen doce millones de puestos de trabajos directos e indirectos.
"Llevamos seis años consecutivos de contracción en el sector y el cierre de plantas no es solo un riesgo, es una realidad, que además agrava la crisis del empleo", afirmó el también responsable de Industria de la CE.
Los cierres anunciados por Ford en Bélgica y Reino Unido dentro de un amplio plan de reestructuración son una muestra de la realidad que afronta un sector con exceso de capacidad de producción.
Hay 180 plantas operando, de las que al menos 15 trabajan por debajo del 50% de su capacidad, una capacidad sobrante –de entre el 25% y el 30%, según la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA)– repartida de manera desigual entre productores y países.
"La industria necesita ajustar el exceso de capacidad que existe", declaró el secretario general de ACEA, Ivan Hodac, en un comunicado.
Ante esta situación, el Ejecutivo europeo ha decidido tomar cartas en el asunto y ha convocado a los Estados miembros, representantes de la industria y sindicatos a reunirse a finales de este mes para estudiar las acciones futuras.
El objetivo es convencer a los actores implicados para que se coordinen a nivel europeo, de manera que los cierres sean lo más equilibrados posible, y que el soporte que ofrezcan los países sea más efectivo.
Uno de los objetivos del plan "Cars 2020" es precisamente mejorar el mercado interior, es decir, tratar de armonizar los "incentivos" que los países ofrecen al sector en sus territorios, como por ejemplo los planes de estímulo de compra de coches, entre los que están el Plan PIVE recientemente puesto en marcha en España.
El experto en la industria del automóvil de la dirección general de Industria de la CE, Íñigo Urresti, se mostró escéptico respecto a la efectividad de estos planes, ya que "solo tienen un efecto de adelanto de compra de coches y, a largo plazo, tienen un efecto muy moderado".
La CE presentará unas directrices sobre las mejores prácticas para ofrecer incentivos al sector, velando por que cumplan con las normas de ayudas de Estado comunitarias.
Otra de las prioridades del plan es mejorar la competitividad del sector europeo en el mercado global, ya que mientras la demanda interior sigue cayendo, la externa se mantiene a la alza y representa una oportunidad.
La industria ha pedido en reiteradas ocasiones a Bruselas que se asegure de que los acuerdos de comercio que sella con terceros países son realmente cumplidos, y que estos levantan las trabas a la entrada de empresas europeas, ante casos como el de Corea del Sur, mientras que el Ejecutivo europeo se comprometió a trabajar en este sentido.
El cuarto pilar de "Cars 2020" es la investigación y la innovación, a los que se destinarán fondos movilizados a través de programas como "Green Vehicle" (vehículo verde) o el del Banco Europeo de Inversión, que proporcionó US$ 17.834 millones en los pasados cuatro años y podría ofrecer una cantidad similar en los próximos años, según fuentes comunitarias.
Sin embargo, organizaciones ecologistas y ONG –como Transport & Environment o Greenpeace– criticaron la propuesta de la CE, que consideraron insuficiente y a merced de los intereses de la industria automovilística.
"Un plan de acción no debe ser una estrategia para conservación (de la situación), independientemente del precio," señaló el vicepresidente del Grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo, Reinhard Bütikofer, quien criticó el uso de fondos europeos para "subvencionar" a la industria del automóvil.