DUBLÍN.- El Ulster Bank, filial del británico Royal Bank of Scotland (RBS), ha sido multado con casi dos millones de euros (unos US$ 2,55 millones) por incumplir las regulaciones impuestas para operar en la República de Irlanda, informó hoy el Banco Central Irlandés (ICB).
La penalización representa una cifra récord para el Banco Central y refleja "la importancia" que el regulador irlandés "otorga al cumplimiento de requerimientos de prudencia" por parte de "instituciones de crédito".
En un comunicado, ICB indicó hoy que ha “llegado a un acuerdo" con el banco para imponer una "multa económica" de 1,96 millones de euros (unos US$ 2,5 millones) por cometer en 2011 "cinco infracciones" relacionadas con los "requerimientos de liquidez y capital” de entidades financieras.
Las directrices reguladoras del sector obligan a los bancos a mantener ciertos niveles de capital y liquidez para hacer frente a sus obligaciones, que dependerán del grado de riesgo al que están expuestos, explicó hoy un portavoz del ICB.
Por ejemplo, según indicó hoy el Banco Central, el Ulster Bank registró en marzo de 2011 un déficit de 313 millones de euros (unos US$ 399 millones), situación que fue "inmediatamente" subsanada a través de una inyección de capital del Royal Bank of Scotland.
En este sentido, el ICB justifica la cuantiosa multa impuesta sobre esta filial en función de varios factores, entre el que se incluye su capacidad para acceder a fondos de la compañía matriz RBS.
El acuerdo logrado entre las partes también obliga al Ulster Bank a identificar a los responsables de la situación y "evaluar su actuación personal y revisar" sus bonificaciones, señaló la nota.
Por su parte, el banco, que lleva operando en la isla de Irlanda 176 años, aseguró en otro comunicado que "ningún cliente" se ha visto afectado "de alguna forma" por cualquiera de las cinco infracciones cometidas.
El Ulster Bank podría enfrentarse próximamente a otra cuantiosa multa del ICB por un grave fallo de sus sistemas informáticos ocurrido el pasado verano.
Desde el 19 de junio, los problemas técnicos de esta entidad dejaron durante varias semanas sin acceso a sus cuentas a decenas de miles de clientes en Irlanda del Norte y en la República de Irlanda, una situación que fue calificada entonces por el ICB de "inaceptable y asombrosa".