Los sindicatos reunidos hoy en las afueras del capitolio de Michigan, en Lansing, protestan en contra de la ley conocida como ''Right to Work'' (''El derecho a trabajar'').
AFPWASHINGTON.- Los congresistas de Michigan, en Estados unidos, aprobaron hoy una ley estatal que elimina la obligatoriedad de pagar cuotas sindicales a los empleados tanto del sector público como del privado y que, según sus detractores, limitará el poder de los sindicatos y su capacidad de negociación.
La cámara baja del Congreso de Michigan, controlada por los republicanos, aprobó hoy una norma al respecto para los trabajadores públicos que se suma a otra igual para los empleados del sector privado que obtuvo el visto bueno la semana pasada.
El Senado también ha dado ya su visto bueno a los dos proyectos de ley, que se unificarán en uno que será firmado por el gobernador estatal, el republicano Rick Snyder, esta misma semana.
Miles de personas se manifestaron hoy por las calles de Lansing, la capital de Michigan, para protestar contra la ley, que convertirá en voluntario el pago de las cuotas sindicales por parte de los trabajadores.
Para los republicanos, impulsores de la ley, la nueva norma dará a los trabajadores la "libertad" de pagar o no una cuota sindical y, además, generará más empleos en Michigan. Del otro lado, sus opositores consideran que políticos conservadores y grandes donantes quieren dividir a los sindicatos y reducir su capacidad de llevar a cabo negociaciones colectivas en las empresas en las que operan.
Michigan es la cuna del motor estadounidense y sede de un gran número de plantas de producción automovilística que emplean a unas 138.000 personas, representadas en su mayoría por el Sindicato de Trabajadores del Automóvil (UAW), uno de los más influyentes del país.
La mayoría de estados con leyes como la aprobada hoy, conocidas como de "derecho a trabajar" ("right to work", en inglés) están en el sur del país. Con la firma de la ley por parte del gobernador Snyder, Michigan se convertirá en el segundo gran estado industrial, tras Indiana a comienzos de 2012, en sumarse a medidas muy cuestionadas por los sindicatos y activistas de derechos civiles.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, hizo ayer una enérgica defensa de los sindicatos durante un acto en una fábrica de automóviles a las afueras de Detroit (Michigan). "Lo que no deberíamos estar haciendo es intentar eliminar los derechos de ustedes de negociar mejores salarios y condiciones laborales", dijo Obama a los trabajadores de la empresa Daimler.
Según el mandatario, "las leyes del 'derecho a trabajar" no tienen que ver con la economía, tienen que ver con política, y (sus promotores) lo que quieren es darte el derecho a trabajar por menos dinero".