BEIJING.- El magnate estadounidense George Soros analizó hoy en el Foro de Boao la actual crisis de la deuda en la Unión Europea, donde algunos países "han quedado relegados al estado de países del tercer mundo", un hecho que "los mercados financieros no acaban de entender".
En su intervención en el foro, celebrado anualmente en la isla china de Hainan, Soros destacó que antes del euro los países desarrollados nunca corrían riesgo de declararse en suspensión de pagos, pues siempre podían depreciar su moneda o emitir moneda, pero con una moneda única asumen un riesgo "típico de países del tercer mundo que toman prestada una divisa, como el dólar".
El experto analizó la historia económica reciente de Europa y señaló que la unión monetaria que el euro introdujo sin una unión fiscal conllevó "un perverso incentivo para que los bancos comerciales acumularan bonos de miembros más débiles de la UE, que pagaban tasas más altas".
Ello derivó en burbujas inmobiliarias en países como Irlanda o España, "lo que los hizo menos competitivos, mientras Alemania, para combatir el costo de su reunificación, se centró en liberalizar su mercado y otras reformas que aumentaron su competitividad".
Soros opinó hoy que los ingenieros del euro ya sabían que era un cambio incompleto, y pensaban que, como en anteriores reformas de la UE, provocaría cambios necesarios como una unión política, que sin embargo no ha llegado cuando lo esperaban.
"Cuando la necesidad de una unión política ha llegado, ha faltado voluntad política. La canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro que cada país debía preocuparse de sus propias instituciones financieras individualmente", subrayó.
Soros comparó la situación actual de Europa con la vivida por Japón, que tras 35 años de estancamiento económico ha decidido tomar la aventurada decisión de adoptar una flexibilización cuantitativa.
"En contraste, la eurozona sigue comprometida con una política económica ortodoxa", señaló el especulador financiero, quien aseguró que Europa "se está dirigiendo a la misma situación de la que Japón quiere desesperadamente escapar".
Soros subrayó que la decisión tomada por Japón es "un arriesgado experimento" que quizá no podría extrapolarse luego a Europa, al no ser una sola economía sino una federación de varias, y advirtió que el intento nipón por revitalizar su economía podría aumentar los intereses "hasta convertir la deuda en insostenible".