Simon Peres con el fundador de Better Place, Shai Agassi.
AFP (Archivo)JERUSALÉN.- La empresa estadounidense-israelí de automóviles eléctricos Better Place, concebida como un gran proyecto visionario en colaboración con el fabricante Renault, se declaró este domingo formalmente en bancarrota en un juzgado cerca de Tel Aviv.
El consejo directivo de la filial publicó en la página web de la compañía un comunicado en el que señaló que "hoy es un día muy triste en el que fracasa nuestra visión global de reducir la dependencia energética de contaminantes".
El ejecutivo responsable, Dan Cohen, declaró que "desgraciadamente, tras un año de operación comercial, estaba claro para nosotros que, pese a los muchos clientes satisfechos, la aceptación en el público más amplio no sería suficiente y el apoyo por parte de los productores de vehículos no llegaría".
Este mismo mes, Better Place sufrió un duro golpe cuando el presidente de Renault y Nissan, Carlos Ghosn, dijo en una entrevista que la compañía reducirá notablemente su producción de vehículos eléctricos con baterías intercambiables, precisamente el concepto sobre el que se basaba el proyecto.
La nota señala que "en los últimos seis meses, la dirección de Better Place ha hecho cambios fundamentales en la compañía, ha centrado su estrategia, objetivos y mercados, y al mismo tiempo ha seguido buscando financiación, así como garantizar modelos adicionales que añadir a su actual oferta".
Además agrega que, pese a estos esfuerzos, "los ingresos son aún insuficientes para cubrir los gastos operativos y, a la luz de la continuada posición negativa de flujo de caja, el Consejo Directivo ha decidido que no tiene más opción que solicitar a los tribunales una liquidación ordenada de la compañía".
Su principal accionista, Israel Corporation, también había rechazado aumentar su participación, según el diario económico israelí Globes, que calculaba en cuatro años y 500 millones de dólares (387 millones de euros) las necesidades de Better Place para equilibrar sus cuentas.
La empresa, con sede en Palo Alto (California) y el centro de operaciones cerca de Tel Aviv, donde lanzó al público su proyecto piloto en 2012, desarrolló una red de carga y cambio de baterías, desplegada inicialmente en Israel y Dinamarca.
Sin embargo, los vehículos en la carretera con batería eléctrica no alcanzan hoy el millar en Israel y son menos aún en Dinamarca.
Better Place ha pasado de proyecto constantemente alabado casi en cada discurso por el Presidente israelí, Simón Peres, y otros dirigentes del país a una iniciativa de la que sólo se hablaba en los últimos meses para aventurar su negro final.
El Consejo Directivo resumió que "el camino para lograr nuestra visión fue difícil, complejo y lleno de obstáculos, de los que no pudimos superar todos. Superamos los retos técnicos, pero no el resto de obstáculos, pese al esfuerzo masivo y los recursos desplegados con ese objetivo".