SANTIAGO.- En su última reunión de Política Monetaria, el Consejo del Banco Central debatió las opciones de mantener la tasa de Política Monetaria en 5,00% anual o bajarla a 4,75%.
Los argumentos dados a favor de una rebaja guardaron relación con una desaceleración de la actividad económica y una inflación en niveles bajo el rango meta
En opinión de un Consejero, a la luz de los datos de inflación "parecía razonable plantearse la opción de bajar la TPM; sin embargo, señaló, aún era muy arriesgado moverse en esa dirección, pues los componentes más estables de la demanda interna no mostraban señales claras de desaceleración e incluso existía el riesgo de una posible aceleración".
Otro Consejero argumentó que faltaba consolidar algunos elementos de la desaceleración y que se debía profundizar la convicción de que otros elementos de riesgo enfatizados en este ciclo —como, por ejemplo, los desarrollos en el sector inmobiliario— iban en retirada.
En su opinión, "existía evidencia de que ello era así, pero todavía podía ser prematuro iniciar un ciclo de baja de tasas sin una convicción más global de que este fenómeno estaba sucediendo".
En particular, prosiguió, porque el mercado esperaba mayoritariamente una mantención de tasa en esta oportunidad, lo que haría más difícil explicar un movimiento a la baja.
Sin embargo, concluyó, "evidentemente en las próximas Reuniones esta opción se debería evaluar con más claridad".
En su opinión, para ajustar la TPM se requería mayor certeza sobre la evolución de la actividad y la demanda.
Otro Consejero manifestó que en el plano local no se tenía certeza si la moderación del gasto interno era puramente transitoria o era algo más permanente.
Si bien las expectativas de inversión mostraban algún grado de desaceleración, los indicadores de consumo anticipaban un crecimiento del gasto de las familias hacia adelante.
En este contexto, señaló, "era prematuro adelantar una desaceleración de la demanda interna considerando que ya varias veces se había tenido situaciones de algunos indicadores de corto plazo consistentes con una desaceleración, pero que después se revertían".
Al respecto, "sería muy importante tener más antecedentes respecto de la evolución futura del gasto de las familias, de las empresas y del sector público, elementos que habría que seguir monitoreando".