GINEBRA.- La Cámara Baja del Parlamento helvético rechazó hoy por amplia mayoría la ley urgente que debe aprobar el acuerdo fiscal entre Estados Unidos y Suiza y que permitiría regularizar la situación de los bancos suizos en territorio estadounidense.
El Gobierno suizo aceptó a principios de junio las exigencias de Estados Unidos de regularizar los haberes estadounidenses no declarados depositados en bancos suizos.
La ley urgente debe permitir a los bancos suizos que hayan promovido el fraude fiscal que cooperen con la justicia estadounidense sin infringir la ley helvética.
Los diputados (miembros del Consejo Nacional) rechazaron hoy por 126 votos en contra, 67 a favor y dos abstenciones avalar el acuerdo, tal y como se lo había recomendado la comisión de Economía del Parlamento.
Para los diputados, el programa confidencial de Washington al que los bancos podrían suscribirse no presenta ninguna garantía, dado que no asegura que no sea perseguidos judicialmente de todas formas.
Además, los parlamentarios argumentaron que de aprobarse el trato se crea un precedente, y otros países podrían solicitar suscribir acuerdos similares.
La semana pasada la Cámara Alta, (Consejo de Estados) aprobó el texto a pesar de que su comisión de Economía había sugerido hacerlo en contra.
Pero con la decisión de hoy, los senadores deberán votar de nuevo al respecto mañana miércoles, y en caso de que de nuevo voten afirmativamente, el jueves 20, el Parlamento deberá pronunciarse de nuevo.
Si la divergencia se mantiene, entonces la ley será definitivamente rechazada.
El acuerdo es opcional para los bancos, que decidirán si lo aceptan o no, y que deberán enfrentar solos el pago de las eventuales multas que les sean impuestas, sin aportación alguna del Estado helvético.
Según los expertos, sobre los bancos helvéticos pesa la amenaza de una multa récord de unos 8.000 millones de euros, que deberían pagar al
fisco estadounidense por haber albergado durante años fondos no declarados de unos 10.000 ciudadanos de ese país.
Además, según el acuerdo, los bancos deberán transmitir a la justicia estadounidense los nombres de los empleados que trataron con los clientes concernidos, incluidos abogados e intermediarios.
No obstante, el acuerdo no permite la transmisión de datos de los clientes ni informaciones sobre sus cuentas.
La transmisión se hará únicamente en el marco de una solicitud administrativa que se basa en una convención en vigor contra las dobles imposiciones.
El Gobierno suizo entiende que el acuerdo permitirá a los bancos arreglar el pasado y "comenzar de cero".
El problema principal para los partidos helvéticos es que Estados Unidos se niega a revelar el contenido de los acuerdos individuales con los bancos hasta que el acuerdo marco esté aprobado por las dos cámaras legislativas suizas.
La decisión de hoy pone en entredicho la decisión del Gobierno de aprobar el texto de forma urgente en junio para que pueda entrar en vigor el 1 de julio.
Actualmente, en Estados Unidos está en marcha un proceso judicial contra una docena de bancos suizos acusados de haber ayudado al fraude fiscal y que se enfrentan a la suspensión o incluso a la pérdida de su licencia para operar en territorio estadounidense.
Entre ellos están Credit Suisse, Julius Bär, los bancos cantonales de Basilea y Zúrich, la filial suiza de HSBC, y las filiales suizas de tres bancos israelíes, Hapoalim, Mizrahi-Tefahot Bank y Bank Leumi.
El Gobierno helvético argumenta que el acuerdo pondría poner fin a un conflicto que ya dura cuatro años, y además aprobarlo urge porque otros bancos podrían ser procesados en breve por la justicia estadounidense.