JERUSALÉN.- La política monetaria ha recuperado la capacidad de control que había perdido en gran parte de la zona euro desde mediados de 2012, señaló hoy el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en una conferencia en Tel Aviv.
"Hemos sido capaces de recuperar un mayor control de las condiciones monetarias en la economía de la zona euro, lo que es muy importante para proveer la política monetaria apropiada para impulsar la economía", señaló Draghi en su intervención en un acto en honor del gobernador del Banco de Israel, Stanley Ficher.
La economía euro, indicó, se encuentra todavía en una fase de ajuste, aunque los datos recientes "sugieren alguna mejoría, pero desde bajos niveles", según el texto de la conferencia difundido por el BCE.
"El PIB real cayó un 0,6 % en el cuarto cuatrimestre de 2013 y un 0,2 % en el primero de 2013. La producción ha bajado durante seis cuatrimestres consecutivos, las condiciones del mercado laboral siguen siendo débiles y el ajuste de los balances de los sectores público y privado siguen pesando en la actividad económica", reconoció.
Además, se mantienen "niveles inaceptables de desempleo, particularmente entre los jóvenes".
Sin embargo, el presidente del banco europeo cree que una recuperación de la demanda global llevará a un crecimiento de las exportaciones y que la "política monetaria acomodaticia" apoyará la demanda interna.
La situación actual también se verá beneficiada por la bajada del precio del petróleo, una menor inflación y el aumento de la confianza y la riqueza derivadas de la mejora de los mercados financieros desde el pasado verano.
Draghi indicó que la política monetaria europea "continuará siendo acomodaticia mientras siga siendo necesario".
Se felicitó de que, pese a las circunstancias económicas extraordinarias, la inflación en la zona euro se haya mantenido por debajo del objetivo del BCE del 2 %, lo que atribuyó , entre otros, a "las medidas estándar y no estándar tomadas cuando ha sido necesario".
Una de ellas, resaltó, es el programa de compra de bonos OMT, cuyos "efectos estabilizadores han sido ampliamente reconocidos".
"Hay muchas otras medidas, políticas estándar de tipos de interés y medidas no estándar, que podemos desplegar y que desplegaremos si las circunstancias lo justifican", dijo Draghi.
Admitió que algunas de esas medidas podrían tener "consecuencias no deseadas", lo que "no significa que no deban usarse, sino que hay que ser consciente de esas consecuencias y gestionarlas de forma apropiada".
"Observaremos con una mente abierta estas medidas que son especialmente efectivas en nuestra organización institucional y que están incluidas en nuestro mandato", señaló.
También apuntó que los riesgos que el BCE toma en su balance "está controlado y sólo son aceptados mientras sean estrictamente necesarios para lograr la estabilidad de precios".
Indicó que aún hay "una importante agenda de reformas" por delante, "especialmente estructural a nivel país" y también a nivel europeo, cuyo aspecto principal sería la unión monetaria, que debería "dar una respuesta a muchos de los retos a que hoy se enfrenta la zona euro, incluidas las condiciones de crédito desiguales y la fragmentación de los mercados financieros".
Se mostró optimista de que los países europeos sean capaces de construir una unión económica y monetaria "que cree empleos, crecimiento y un regreso a la prosperidad para los ciudadanos de la zona euro".