En la foto, la imagen de algunos billetes de 100 yuanes.
ReutersSHANGHAI.- Desde 2008, Dai Jinlian ha creado más de 200 empleos para pobladores que recogen hojas de té en la provincia china de Zhejiang. No fue suficiente para conseguir un crédito del sistema bancario estatal del país.
Esta abuela de 65 años, que no pudo acceder a un préstamo de 40.000 yuanes (US$ 6.500) en 2009, depende en cambio de sus resultados acumulados para financiar una actividad que inició con 300.000 yuanes de ahorros.
"Los bancos le envían flores si usted es rico, pero ni siquiera lo miran si es pobre", dijo Dai, que vende sus bolsas de té "Madre Dai" en las tiendas locales.
El hecho de que Dai no pueda obtener financiación pone de relieve la difícil situación de las pequeñas empresas en China, que han sido pasadas por alto en el frenesí crediticio de 4 años y medio que vivió el país pese a representar el 60% de la producción económica y el 80% de los empleos. El mes pasado, la eliminación de un límite mínimo sobre las tasas de préstamo de los bancos –la reforma financiera más significativa desde que el premier Li Keqiang asumió el poder en marzo- podría ofrecerles un pequeño alivio.
"Si hay alguien que obtendrá un beneficio inmediato de la reforma de las tasas, serán las empresas estatales grandes que ya están inundadas de liquidez", dijo Tang Jianwei, economista con sede en Shanghai en Bank of Communications Co. "Las empresas pequeñas soportan el peso de la desaceleración de China".
La economía crecerá probablemente 7,5% en 2013, el ritmo más lento en 23 años, según la estimación media de economistas consultados por Bloomberg News el mes pasado, mientras Li incrementa el papel de los mercados en medio de una reestructuración destinada a reducir la dependencia china de las exportaciones y el gasto en infraestructura.
Frenesí crediticio
En tanto desde fines de 2008 los diseñadores de políticas pusieron la suma sin precedente de US$ 6,2 billones de créditos bancarios a disposición de las empresas estatales y los gobiernos locales, 42 millones de pequeñas y medianas empresas de China han tenido que depender del crédito más caro de amigos, familiares, casas de empeño y prestamistas clandestinos.
Las quiebras y los créditos impagos avanzan en Zhejiang, una región al sur de Shanghái que alberga muchas de las empresas privadas más grandes del país. El acceso a los mercados de capitales continúa siendo limitado en medio de un congelamiento de casi 10 meses de las ofertas públicas iniciales y un mercado de bonos que está abierto principalmente a las empresas más grandes.
Banco Popular de China, que ha fijado una tasa de crédito a un año de 6%, eliminó el descuento máximo de 30% que los bancos pueden ofrecer a los deudores privilegiados, vigente a partir del 20 de julio. La medida apuntó a hacer que las tasas de préstamo fueran más competitivas y reducir los costos de endeudamiento de las empresas, dijo en un comunicado el 19 de julio.
Con esto, los prestamistas podrían quedar más sometidos a la presión de sus deudores más grandes –empresas estatales que tienen acceso a financiamiento alternativo de los mercados de acciones y bonos– para reducir las tasas de préstamo, según el economista Wang Tao de UBS AG. Los bancos tratarán de compensar sus ganancias cobrando más sobre los préstamos a empresas más pequeñas, dijo Wang en una nota fechada el 20 de julio.