MADRID.- El ministro español de Economía, Luis de Guindos, aseguró que la tasa de desempleo quedará en 2013 por debajo del 27,1% previsto en el programa de estabilidad remitido a Bruselas en abril y auguró el fin de la recesión en la segunda mitad del año.
El ministro, en una entrevistas a la agencia EFE, confió en que la tendencia a la baja mostrada por la tasa de desempleo en el segundo trimestre (en el que descendió al 26,2%) no será meramente estacional y se mantendrá en los siguientes meses.
Para algunos organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el alto nivel de desempleo en España requiere un mayor abaratamiento del despido y una bajada adicional de salarios, recetas frente a las que De Guindos puso el esfuerzo en la moderación salarial que ya se ha realizado.
"Esta moderación está teniendo un efecto claro en la ganancia de competitividad", aseguró el ministro, que también subrayó que la contención salarial ha servido para frenar la destrucción de empleo.
De Guindos afirmó también que en la segunda parte del año se dejará atrás la recesión gracias a la positiva evolución del sector exterior, aupado por el dinamismo del turismo y por el crecimiento de las exportaciones.
Esta situación permitirán que por primera vez en la historia reciente de España el déficit comercial acabe 2013 prácticamente a cero.
El responsable de la economía española afirmó que los presupuestos para el próximo año seguirán marcados por la reducción del déficit -fijado en el 5,8% del PIB para 2014-, si bien subrayó que el ajuste ya no será equiparable al realizado en 2012 y 2013.
Se refirió también a la prima de riesgo y cifró en al menos cinco décimas del PIB, equivalentes a unos 5.000 millones de euros, el ahorro en intereses de la deuda pública que su caída generará respecto a lo inicialmente presupuestado para 2013.
El ministro explicó que los presupuestos de 2013 se hicieron en unas circunstancias "completamente distintas" a las actuales, después de que la prima de riesgo de la deuda española rozara los 640 puntos básicos a finales de julio de 2012.
Un año después, el indicador que mide la confianza de los inversores en la economía española ha descendido al entorno de los 250 puntos, lo que permitirá que la factura por los intereses de la deuda pública baje a alrededor de 33.500 millones frente a los 38.589 millones que se presupuestaron en un principio.