BUENOS AIRES.- El Congreso argentino aprobó este miércoles la reapertura del canje de deuda impaga, una medida que busca mostrar la voluntad del país de cumplir con sus obligaciones, luego de que una corte estadounidense ordenó pagar a inversionistas que se negaron a participar de reestructuraciones anteriores.
Según la norma, el canje permanecerá abierto por tiempo indefinido. Fue aprobada con 192 votos a favor y 33 negativos.
Con esta ley, el gobierno de Cristina Fernández busca mostrar a la Corte Suprema de Estados Unidos, donde planea llevar la disputa por los pedidos de compensación de poseedores de bonos rebeldes, que su intención es pagar a los acreedores.
La nueva operación ofrece otra oportunidad a los inversores que rechazaron las dos reestructuraciones previas para cambiar sus títulos impagos por deuda regularizada con quitas severas.
De las operaciones anteriores, realizadas en 2005 y 2010, queda 7% de tenedores de deuda que se negaron a cambiar sus títulos, liderados por los fondos NML y Aurelius, que llevaron a Argentina a tribunales en el extranjero para recuperar la totalidad de sus inversiones.
"Un puñado de especuladores no podrá contra la voluntad de todo nuestro pueblo", señaló durante la sesión el diputado Carlos Heller, de Nuevo Encuentro (aliado del oficialismo).
"El canje es una causa nacional que nos tiene que encontrar unidos más allá de las diferencias partidarias", añadió.
Los términos de la nueva propuesta de canje serán los mismos que los establecidos cuatro años atrás.
Búsqueda de señales claras
La Corte Suprema estadounidense debe revisar una apelación presentada en junio por el país sudamericano, luego de que una corte en Nueva York dijo que Argentina discriminó a los tenedores de deuda incumplida que se niegan a canjear sus títulos.
La reapertura del canje busca contrarrestar uno de los argumentos sostenidos por justicia estadounidense, que señaló en sus fallos contra Argentina que el país nunca había dado una señal clara de que tenía la voluntad de cambiar bonos remanentes en default.
NML y Aurelius, con fallos favorables en segunda instancia, ya adelantaron que consideran a la nueva oferta argentina como una "burla".
La Corte de Apelaciones del Segundo Circuito en Nueva York dijo que Argentina debe pagar 1.330 millones de dólares a una serie de acreedores, aunque aclaró que esta orden quedará en suspenso hasta que se expida la Corte Suprema sobre el caso.
La deuda no reestructurada de Argentina alcanza unos 11.300 millones de dólares incluyendo intereses, según datos oficiales al cierre del 2012.