BRUSELAS.- El Eurogrupo debatirá mañana acerca del rescate a la banca española, los programas de asistencia financiera para Portugal, Irlanda y Grecia, y algunos elementos de la unión bancaria de cara a las pruebas de resistencia a la banca en 2014 y la creación de un mecanismo único de resolución bancaria.
En cuanto a España, los ministros de Finanzas de la eurozona analizarán las conclusiones de la cuarta revisión del rescate de hasta 100.000 millones de euros a la banca española del que se han utilizado 41.300 millones, que expira a finales de diciembre.
Por el momento, y a la espera de que se aborde más en profundidad el final del programa de asistencia financiera a la banca española en el Eurogrupo del 14 de noviembre, la eurozona tiene un "acuerdo tácito" de que nadie presionará a España para que solicite algún tipo de acompañamiento en enero o una prórroga del préstamo.
Lo anterior porque hay una "completa claridad por parte de las autoridades españolas de que cualquier tipo de programa de seguimiento es considerado innecesario y que por ende no lo habrá", señaló un alto funcionario de la Unión Europea (UE) recientemente.
La eurozona considera además que el caso español no es comparable al luso, griego o irlandés, donde sí se tendrá que abordar la estrategia de salida y posibles programas de acompañamiento, porque no se le aplicó un programa macroeconómico completo y nunca se quedó fuera de los mercados para financiarse.
España va por el buen camino, pese a lo que debe perseguir "con vigor" los objetivos fiscales vigentes y continuar con las reformas que ha emprendido, afirmó el alto funcionario de la UE.
En el caso de Grecia, la revisión actual del rescate por parte de la troika (la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo) a nivel político está en "pausa" hasta que el trabajo técnico haya sido concluido en Atenas.
De esta manera tampoco puede ser desembolsado el próximo tramo del total de 6.800 millones de euros en ayudas financieras acordados en julio que se dividieron en varios tramos repartidos hasta otoño y se condicionaron al cumplimiento de ciertas acciones previas.
La eurozona tampoco analizará todavía cómo cerrar una potencial brecha de financiación en el programa hasta finales de 2014, a la espera del presupuesto griego para el próximo año y los resultados de las pruebas de resistencia a la banca en marcha.
Por ello, las reuniones de noviembre y diciembre serán "más interesantes" en relación al rescate heleno, señaló la fuente, que reiteró que cualquier posible medida para aliviar la deuda griega no se abordará hasta el verano del próximo año.
La revisión del programa portugués, por su parte, que expirará a mediados de 2014, será adoptada en el Eurogrupo de noviembre y las condiciones en torno a la salida del rescate serán analizadas en el nuevo año, indicó la fuente diplomática.
No hay prisas, alegan en Bruselas, dado que Portugal tiene "un colchón de liquidez relativamente cómodo" y tampoco se preparan planes de contingencia ante el pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre leyes de reformas en el sistema de pensiones y en la función pública, porque Lisboa siempre ha sabido hacer frente de alguna manera a las decisiones del alto tribunal.
En relación a Irlanda, su salida del rescate está más cerca -a finales de este año- y este tema será abordado una vez se tenga claridad sobre las pruebas de resistencia en marcha y la revisión de los balances de la banca, señaló la fuente.
Dublín no ha pedido un plan de acompañamiento y las condiciones de mercado son "muy favorables" para financiarse, agregó.
El Eurogrupo abordará además elementos claves de la unión bancaria, como los cortafuegos que harán falta de cara a las pruebas de resistencia y el análisis de la calidad de los activos por parte del supervisor bancario único en 2014 y cómo se tratan las posibles recapitalizaciones en los procedimientos por déficit excesivo.
Los ministros también debatirán sobre la necesidad de un cortafuegos europeo en conexión con las negociaciones del mecanismo único de resolución propuesto en julio, aspecto en el que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) podría jugar un papel, aunque quedan por resolver varios aspectos legales.