SAN FRANCISCO.- Después de obtener un título de master en ingeniería eléctrica en 2009, Ti Zhao, quien se autodefine como "adicta a la educación", siguió tomando clases. El costo total de los últimos ocho cursos en que se inscribió: US$ 0,00.
"Me cuesta imaginarme pagando por un curso otra vez", dijo Zhao, que aprovecha los estudios gratuitos que ofrecen edX y Coursera Inc., incluido uno de salud pública dictado por un profesor de la Universidad de Harvard, después de oír hablar a una amiga sobre los servicios de educación online. La joven de 27 años de San Francisco gastaba US$ 500 por curso para inscribirse en el programa de extensión de una universidad local.
Las clases universitarias se suman a un conjunto creciente de bienes y servicios gratuitos basados en la Red que están transformando la vida de consumidores como Zhao. Las estadísticas del gobierno como el producto interno bruto, que sólo toman en cuenta las cosas que compra la gente, subestiman el avance "muy prometedor" que ha hecho la economía estadounidense en este campo, según Eric Brynjolfsson, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), en Cambridge.
"En los próximos años, vamos a tener que reinventar la forma de medir el crecimiento económico", señaló Brynjolfsson, director del Center for Digital Business de la Escuela de Administración Sloan del MIT. "La realidad es que el PIB, el monto que gastamos, no es igual a lo que recibimos".
Después de deducir el valor que los consumidores asignan implícitamente a internet midiendo cuánto tiempo pasan los hogares en los sitios web gratuitos, Brynjolfsson y su asociado postdoctoral del MIT, JooHee Oh, calcularon que esos bienes virtuales sumaron un adicional de US$ 34.000 millones anuales al bienestar de los consumidores entre 2002 y 2011. Eso equivale a 0,26% del PIB.
Tiempo y dinero
Las personas pagan esos sitios con su tiempo en lugar de su dinero –tiempo que, en teoría, podrían haber pasado trabajando más o consumiendo otra cosa–. "Estas medidas de excedente de consumo están mejorando mucho", señaló Brynjolfsson. "Se darán cuenta de por qué necesitamos pensar más en nuestros parámetros".
El impacto de los bienes virtuales gratuitos es claro para los consumidores jóvenes como Emileigh Buck. Entre sus aplicaciones online favoritas está el servicio de radio por Internet de Pandora Media Inc. que usa para bajar en streaming música de todo tipo, de Lady Gaga al artista electrónico independiente Robert Delong. Pandora le hizo conocer músicos que nunca habría descubierto por sí misma, ayudándola a ampliar sus gustos sin el costo o las molestias de acumular y almacenar pilas de CD, explicó.
"Hace dos años me regalaron una gift card de iTunes que aún no he decidido usar", dijo la joven de 25 años de Seattle, con referencia a la tienda digital de música de Apple Inc. "Todo es tanto mejor en Pandora".
"Estamos progresando pero nos encontramos muy lejos de tener una cifra que pueda competir con el PIB", dijo Peter Klenow, economista de la Universidad de Standord, cerca de Palo Alto, California, y especialista en crecimiento económico y productividad. "Lo que hacemos cuando tenemos más dinero no es más cantidad sino mejor calidad y más variedad. Esto es más difícil de medir pero parece una parte fundamental del crecimiento y el progreso. Probablemente estemos dejando afuera una gran parte de eso".